Sobre NATALIA PARIS, POLLOS, HORMONAS y HOMOFÓBIA

Homofobia

¿Es realmente Natalia París tan bruta como sus comentarios la dibujan? Según sus palabras, mientras el país se burla de sus estupideces, su cuenta bancaria crece. Y es cierto: cuando ya la habíamos olvidado luego de su rotundo fracaso como dj, su nombre –su marca registrada- vuelve a hacer eco esta semana, repitiéndose en los medios y en las redes sociales, argumentando que el consumo de pollos homosexualiza.

Fingir estupidez, como generar odio, vende. Por eso la homofobia se ha convertido en el gancho publicitario más atractivo de los tiempos recientes. Recurren a ella tanto políticos excrementales como la iglesia. De hecho, una vez elegido el nuevo Papa, junto a su nacionalidad y su nombre, las noticias informaron sobre su homofobia, cuando en realidad noticia hubiera sido lo contrario.

Respeto las creencias personales de cada quien. La vida es dura y cada cual tiene derecho a aferrarse al salvavidas con el que se sienta más seguro. Pero mientras una mayoría busca esta esperanza en la iglesia, la iglesia se desgasta en una función para la cual no ha sido llamada.

Porque ciertamente desconozco –y lo pregunto con todo respeto-, ¿qué tiene que ver la homosexualidad con la pobreza de los pueblos? ¿Soluciona los problemas espirituales de los más de mil millones de seguidores de la iglesia la no homosexualidad de una minoría? ¿Disminuye el hambre en el mundo la aprobación de unos derechos igualitarios?

La Iglesia se radicaliza cada vez más porque se está quedando sin temas políticos para conservar visibilidad, luego de haber perdido todas las batallas emprendidas en contra de las libertades y de los derechos humanos. Perdió cuando se opuso a los liberales, al divorcio, a las madres solteras, a la virginidad, al aborto, al desarrollo de la ciencia y a todo lo que signifique progreso. Pero, ¿a eso se reduce su papel? ¿A un discurso nutrido por el odio y la intolerancia buscando generar polémica antes que bostezos?

Mientras que el matrimonio entre gays es un tema político, no espiritual, el Papa no es un líder político sino espiritual. De modo que zapatero a tus sandalias de pescador, no a los zapatos rojos de Prada. La iglesia puede ayudar a paliar el hambre del mundo, en lugar de desgastarse en cruzadas de odio que solo sirven para dar pie a posiciones en contra igual de radicales. La homosexualidad no dejará de existir porque un Papa la condene. No ha sucedido a lo largo de la historia y menos sucederá en tiempos de internet y avances tecnológicos.

Más que en el actual Papa, como dijo Vargas Llosa, la modernización de la iglesia está en manos de los tiempos que corren. Ya no vivimos en épocas oscurantistas, cuando a los creyentes los “convencían” a la fuerza. Como escribió Moisés Naim, “El tamaño ya no significa fuerza. La burocracia ya no significa control. Y los títulos ya no significan autoridad”.

Ahora hay más educación, menos pobres y más clase media con un pensamiento crítico y una mayor capacidad para tomar decisiones propias; las libertades individuales han ganado terreno. Para colmo, luego de Freud, la culpa -principal herramienta de manipulación vaticana- ya no es lo que fue.

Muchos se preguntan ¿para qué acercarse a un ser superior que sólo enseña odio? O, ¿para qué seguir el miedo infundido por unos cuantos que no aplican consigo mismos lo que exigen a los demás? Ganaría más la iglesia aplicando su doctrina de amor y concentrándose –como lo hizo Cristo- en los pobres y los problemas espirituales.

Sin homofobia, los gerleinechevarrias no ganarían tantos votos ni las nataliaparis escucharían sonar su caja registradora a costilla de los tontos.

Por Alonso Sánchez Baute
@sanchezbaute

Natalia París dijo que el pollo tiene hormonas que aceleran el desarrollo y que llevan a la homosexualidad

La reconocida modelo Natalia Paris aseguró, que en Colombia las hormonas femeninas que inyectan a las aves para su crecimiento, ocasiona"desviación sexual"; en otras palabras que los jóvenes que consumen pollo con dichas hormonas tienden a llegar al homosexualismo.

La Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) aseguró que las polémicas afirmaciones que hizo la modelo paisa son falsas, pues "carecen de bases científicas y le hacen daño a la industria avícola del país".

Fenavi señaló en un comunicado que en la cría de pollos no se utilizan hormonas de crecimiento rápido. Según la institución, el gran tamaño de las aves se debe a una alimentación diseñada a base de maíz, sorgo y soya.

“Estas supuestas hormonas no existen en el mercado; si se consiguieran, no se podrían utilizar porque su aplicación resultaría en extremo costosa e inviable por las elevada población de aves que se manejan en las granjas. Además, el pollo no tendría tiempo de asimilarlas, en vista de que está listo para salir al mercado en máximo 45 días” afirmó en la nota Andrés Fernando Moncada Zapata, presidente Ejecutivo de Fenavi.

El dirigente gremial también invitó a los consumidores a informarse bien y a seguir disfrutando del pollo colombiano, que en ningún momento pone en riesgo la salud de la gente.

tomado de http://www.tropicanafm.com/