Caribe Afirmativo advierte sobre el alarmante aumento de homicidios y feminicidios a personas LGBT durante el confinamiento por COVID-19
La pandemia ha sido un pretexto para la denegación de derechos y la evidencia de desigualdades históricas y exclusiones sistemáticas que sufren las personas LGBT.
Se puede inferir que hay un retroceso en los avances de derechos humanos LGBT, porque de esas 30 personas asesinadas en relación con el año 2019 hubo un aumento del 58% y un 80% frente al 2018.
En el año 2020 y con 14 casos documentados, el mayor número de víctimas de homicidios y muertes violentas fueron los hombres gais; seguido de 8 muertes violentas de mujeres trans y a su vez las violencias se han agudizado por el lento avance del cumplimiento de los Acuerdos de Paz en los territorios donde hay visibles liderazgos LGBT.
El pasado jueves 25 de febrero de 2021 CARIBE AFIRMATIVO, con el apoyo de la Embajada de Noruega en Colombia, realizó la presentación oficial de: Vidas Confinadas, un informe que busca dar cuenta de las violaciones a los derechos humanos contra las personas LGBT en el Caribe colombiano en 2020, año que:
(…) pasará a la historia en el mundo por las consecuencias sanitarias, sociales, económicas y políticas, generadas por la pandemia del Covid-19. Las distintas formas de cuarentena asumidas por los Estados para enfrentar la proliferación del virus y el contagio masivo llevaron a generar restricciones para el uso y permanencia en los espacios públicos. (…) para el caso de muchas personas LGBT, este se convirtió en un dispositivo de control social sobre sus cuerpos y prácticas, que acentuó violencias motivadas por prejuicios concretamente hacia aquellas personas que viven de la informalidad y las economías del rebusque. Vidas confinadas (2020), Informe derechos humanos de personas LGBT en el Caribe Colombiano.
En este sentido, las personas que viven de la informalidad se vieron mayormente afectadas por las medidas impuestas y pusieron en evidencia las desigualdades sociales
En este informe, por primera vez, serán incluidos datos documentados de la subregión de Urabá. Además, se recogerán casos documentados de homicidios y feminicidios, tentativas de homicidio y feminicidio, lesiones personales, amenazas y violencia por parte de la fuerza pública contra personas LGBT el pasado año.
Este documento es un esfuerzo de CARIBE AFIRMATIVO de no olvidar las víctimas y de trascender unas cifras aisladas y deshumanizadas por una apuesta por la construcción de memoria, para que estas violencias no se definan como hechos aislados y para que el Estado asuma la responsabilidad de plantear políticas de prevención, investigación, sanción y garantía de no repetición para romper con la cadena de impunidad y la tendencia social e institucional a normalizar la violencia.
Teniendo en cuenta que el 2020 fue un año complejo para todos, pero en especial para las personas LGBT, cuya situación se vio agudizada por la exclusión, y discriminación que produjo el contexto del pandemia, es decir, que quienes vivían del trabajo informal se quedaron en una situación marginal y otros habitantes de zonas rurales quedaron a merced de diferentes actores ilegales que ejercen control sobre los territorios, hubo un aumento considerable en los homicidios y feminicidios en personas LGBT motivados por violencia por prejuicio.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo solo el año pasado en el territorio nacional hubo 76 homicidios y feminicidios de personas LGBT, de los cuales 30 se dieron en la región caribe y son las que enuncia y describe este informe.
Entre otros factores que posibilitaron estas vulneraciones de sus derechos las personas LGBT fueron obligadas a permanecer en sus viviendas enfrentándose al hacinamiento, rechazo y en ocasiones violencia intrafamiliar, como también personas en condición de movilidad humana se vieron marginalizadas, especialmente las mujeres trans. A su vez los liderazgos LGBT de zonas del país que históricamente han padecido el conflicto armado han vuelto a vivir con miedo.
De acuerdo con lo documentado a finales del 2020, se registraron 66 masacres en el territorio nacional, sumado a 120 asesinatos de defensores y defensoras de derechos humanos, según comunicó la ONU el 15 de diciembre del 2020. De estas 15 masacres se dieron en el caribe colombiano donde 51 personas fueron asesinadas y al menos 7 de ellas relacionaron previamente presencia de actores armados en los departamentos de Córdoba, Magdalena y Bolívar.
Vida e integridad
Según los hechos documentados por Caribe Afirmativo estaríamos frente a un presunto retroceso en los avances de derechos humanos LGBT, porque de esas 30 personas asesinadas en relación con el año 2019 hubo un aumento del 58% y un 80% frente al 2018 y uno del 170% con el 2017Cifras realmente preocupantes que evidencian el rompimiento de compromisos por parte del actual gobierno frente al Acuerdo de Paz, la ausencia del Estado en los procesos sociales y un fortalecimiento de los discursos de odio por parte de los actores armados ilegales, la fuerza pública y algunos sectores de la población civil, con contextos sociales basados en los estereotipos, prejuicios y estigmas.
De acuerdo con los datos, el mayor número de víctimas son 14 hombres gais que equivale al 47%, seguido de 8 feminicidios de mujeres trans que corresponden al 27%, en el caso de las mujeres lesbianas se registraron 7 muertes siendo el 23% y finalmente el caso de un hombre bisexual que se refiere al 3% de este análisis. Las muertes violentas de hombres gais confirman que la orientación sexual es motivo para acabar con la vida de otra persona y que muchas veces estos crímenes hechos con sevicia y odios profundos envían un mensaje de desprecio y rechazo a la orientación sexual, identidad y expresión de género.
A su vez también hay casos cuya responsabilidad tiene que ver con la fuerza pública. Uno de ellos ocurrió en Arboletes, en una estación de policía, la víctima falleció en muy extrañas circunstancias.
Respecto a las mujeres LBT, con relación a mujeres lesbianas sus feminicidios han estado precedidos de amenazas y hostigamientos, en el caso de las lideresas sociales y activistas sus muertes ocurrieron por disparos y armas cortopunzantes.
En este aspecto a las mujeres trans las rodea un contexto particular de desigualdad y exclusión acentuadas por las medidas de confinamiento social. Del 27% de víctimas 6 casos se dedicaban al trabajo sexual. Una de ellas vivía con VIH y murió por negligencia estatal, pues reclamaba atención y servicio médico. Con la pandemia muchas de ellas han visto reducidas sus oportunidades de vida y han sido empujadas al trabajo informal y sexual.
Otras violencias contra la vida y la integridad personal
Los casos por lesiones personales se dieron en espacios públicos y con participación de vecinos y personas particulares quienes instrumentalizan sexualmente y deshumanizan los cuerpos de las personas LGBT. Hay 13 casos que se dieron con estas características pero se cree que hay un subregistro por el miedo a denunciar, ya sea por la inoperancia de las instituciones o a recibir represalias por parte de sus agresores
Hechos 1ue contemplen amenazas y desplazamientos son 23 en cinco departamentos, siendo 17 amenazas individuales y 6 amenazas colectivas, la mayoría en Atlántico y Bolívar motivadas por prejuicios de vecinos y particulares. La violencia hacia los liderazgos LGBT se exacerba cuando tienen reconocimientos en los territorios y su orientación sexual y expresión de género se hace visible. Los medios a través de los cuales reciben estas intimidaciones en su mayoría son amenazas directas, en algunas situaciones redes sociales con perfiles falsos y panfletos.
La violencia por parte de la fuerza pública también es una preocupación, de los 15casos documentados 12 corresponden a violencia ejercida por parte de la Policía Nacional hacia mujeres trans, pues ellas afirman que los policías llegaron a intimidarlas y a impedir el ejercicio de su trabajo. Estos hechos ocurrieron en gran parte en los departamentos de Atlántico con 3 casos y Bolívar con 5, siendo un total de 8 casos solo en estas zonas y además se presume que estas agresiones ocurrieron en el casco urbano.
Aquí es importante destacar que el escenario ideal es que estas instituciones cumplieran con su labor de protección e integridad, pero durante la pandemia aprovechando las restricciones impuestas en los diferentes territorios para evitar focos de contagio lo que ocurrió fue que estas autoridades extralimitaron sus funciones e hicieron un uso extremo de fuerza en contra de la ciudadanía lo cual agudizó la discriminación y violencia contra las personas LGBT.
Se concluye entonces que en el 2020 hubo un aumento significativo de muertes violentas, sumado al control de los actores armados en los cuerpos y territorios de personas LGBT en el caribe colombiano, caracterizados por el miedo en lugares donde desde el acuerdo de paz se habían logrado ciertos avances significativos. La pandemia ha sido un pretexto para la denegación de derechos y la evidencia de desigualdades históricas y exclusiones sistemáticas que sufren las personas LGBT.
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