JORGE VIRVIESCAS : Un papá LGBT
“A la hora de contárselo, sentía una zozobra grandísima, no sabía cómo hacerlo”, dice Jorge Virviescas, licenciado en psicología y pedagogía y activista LGBT en Bogotá. Se refiere al momento en el que decidió decirle a su hijo, en esa época de diez años, sobre su orientación sexual. Sólo sabía que tenía que hacerlo pronto.
Jorge Virviescas también se desempeña como activista LGBT. / Cristian Garavito
Se enteró de que iba a ser papá cuando tenía quince años. Estaba en noveno de bachillerato y apenas dimensionaba el cambio que estaba a punto de tener su vida. “Casi me desmayo cuando me dieron la noticia”. Nueve meses después nació J. David, fruto de su relación con la única novia que ha tenido, la que había sido su pareja por dos años y la que lo seguiría siendo por casi un año más luego del parto.
Otro año pasó y Jorge, ya graduado del colegio y con un pequeño de dos años, comenzó a asimilar internamente, sin mayor dificultad, lo que él dice que siempre había estado ahí: su homosexualidad. La cuestión externa fue diferente: “Al inicio fue duro, más por el contexto, el miedo a la burla y al señalamiento y, claro, tener un hijo pesa, pero ese no fue un obstáculo porque considero que son dos temas aparte”, comenta.
De hecho, su rol como padre y su orientación sexual nunca entran en conflicto, por lo menos a nivel familiar, donde al comienzo hubo diferencias con la mamá de David, no por cuestiones de orientación, sobre las que ella siempre fue respetuosa, sino por las mismas razones por las que choca cualquier pareja que cría a un hijo por separado, las responsabilidades y el estilo de crianza.
Asuntos que sólo se afinan con diálogo y práctica, pero que una vez saldados han facilitado la relación entre los tres a tal punto que David vivió un año entero con Jorge, cuando tenía cuatro, antes de volver a vivir con su madre. Entonces se reanudó la dinámica de las llamadas, las visitas de fines de semana y los turnos para viajar en vacaciones.
Fue durante uno de estos últimos que decidió contarle la verdad a su hijo. Era la Semana Santa de 2011 y el debate de la adopción igualitaria en Colombia estaba en uno de sus momentos más álgidos. En protesta por los discursos dados por la Iglesia católica sobre el tema, la Mesa LGBT de Bogotá, Virviescas incluido, decidió protestar con mensajes estampados en camisetas en plena misa de la Catedral Primada, donde no faltó la presencia de los medios.
Hoy en día los Virviescas, de 31 y 16 años, llevan una relación construida sobre el afecto, el diálogo y el respeto. Conversan y analizan las situaciones que rodean a las personas LGBT e incluso van juntos a eventos culturales y de activismo de la comunidad. Son cómplices y no se guardan nada, hablan de las parejas de Jorge y de las compañeras de colegio que le gustan a David.
Claro, no faltan los malentendidos, por lo que Jorge cuenta que su hijo prefiere mantener el tema para sí y sus amigos más cercanos, y está pendiente de que nadie moleste a los chicos gais y chicas lesbianas de su colegio. “Cuando me conocen y ven que tengo un hijo, no me creen que soy gay, se sorprenden, o creen que no tengo derecho o que no soy idóneo para la tarea”.
No obstante, para él la paternidad ha sido “una experiencia bonita, una oportunidad para crecer como persona y una responsabilidad sobre la vida de alguien que necesita que le transmitan buenos valores”. En resumen, dice, ser buen papá no depende de la orientación sexual, sino de la formación personal.
Gente - 16 Jun 2017 El Espectador
#ReferefendoDiscriminatorio el prejuicio y la discriminación no pudo contra el amor que le tengo a mi hijo, no soy un papá de 2 sino de 1= pic.twitter.com/g3zK1fRKJa— jorge virviescas (@jorgevirviescas) 11 de mayo de 2017
#ReferendoContraLosNiños Ahora los egoístas me van a decir que no puedo amar y cuidar a mi hijo, x ser gay, No al referendo del odio pic.twitter.com/4E6aUofLMN— jorge virviescas (@jorgevirviescas) 9 de mayo de 2017
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