No importa si eres activo, pasivo o versátil. Todos enfrentamos un enemigo en común, la rutina sexual. Resulta inevitable. Siempre llega el momento en el que te cansarás de las posiciones del misionero, de cuchara, de perrito, piernas al hombro, entre otras pintorescas formas de hacer el amor o simplemente coger. No importa qué tan dispuesto estés a experimentar diferentes, nuevas y excitantes prácticas sexuales. Existe una situación que genera miedo a más de uno: cambiar roles sexuales.
¿Qué tan frecuente es el cambio de roles sexuales?
Es importante resaltar que son pocos los hombres o mujeres homosexuales y bisexuales que mantienen un rol sexual toda la vida. A diferencia de nuestra orientación sexual, el rol sexual es variable y dinámico. Y cada vez, son menos los gays que se definen como activos o pasivos exclusivamente -supongo que es cierto cuando dicen que los activos son una especie en extinción-. La versatilidad es una alternativa, un rol sexual, que ha ido incrementando su participación dentro de la comunidad y debajo de las sábanas de muchos. En cuanto a mi rol sexual, no me considero activo, pasivo o versátil. Intento no limitar mi sexualidad y esta se adecúa a la química sexual que puede existir. Debemos recordar que el sexo va más allá de una simple penetración.
¿Qué debería hacer si intento probar con la pasividad por primera vez?
El miedo a probar con otro rol sexual que nos ha resultado ajeno durante mucho tiempo es normal entre gays con una sexualidad parametrada bajo la división activo-pasivo. Y es más recurrente en activos que intentan ser pasivos por primera vez. Y con justos motivos: la primera vez, si no se realiza con las respectivas precauciones, puede resultar incómoda y en extremo dolorosa.
Yo siempre recomiendo tomarse el tiempo necesario para sentirse cómodo con la idea de ser penetrado. No fuerces y no lastimes tu virginal ano con una doble penetración o fisting. Son prácticas que requieren cierto grado de experticidad en las artes de ser pasivo. Es extremadamente necesaria la dilatación previa para no lastimar el recién estrenado ano. Usa, además, lubricante íntimo a base de agua para reducir la fricción durante el sexo. Y realízate lavativas anales para evitar encontrarte con incómodas sorpresas. Solo queda disfrutar la penetración.
¿Y si quiero ser activo?
Considero que los activos no enfrentan una potencial experiencia traumática al penetrar a otro hombre, por lo que mi único consejo sería el ser empático. Recuerda que en algún momento, tú desempeñabas el rol de pasivo. No se te ocurra penetrar sin haber dilatado el ano previamente.
Estoy dispuesto a probar otro rol sexual; mi pareja, no. ¿Qué puedo hacer?
Si notas que la negociación y la comunicación no funcionan, deberías proponer una relación abierta para probar estos nuevos aspectos de tu sexualidad. Esto es más común en parejas estables en las cuales los dos son activos o pasivos exclusivamente.
La sexualidad humana es demasiado compleja –y la homosexual aún más-, pero es uno de los aspectos más placenteros e interesantes de las personas. Si te das permiso de disfrutar responsablemente tu sexualidad, podrás encontrar un espacio libre de prejuicios para contigo y para con tu pareja o amante ocasional. No tengas miedo de probar nuevas cosas.
Tomado de http://sinetiquetas.org/
2 comentarios :
¡Qué bestia! ¿Si tu pareja no se siente cómoda cambiando de rol sexual, directamente te tiras a otro? ¿En serio? ¡Poco le quieres si a la primera de cambio tu solución es follar con otro!
Yo soy activo, he intentado ser pasivo y no he podido. Y menos mal que mi novio no es como tú y no ha ido a follarse a otro, hemos buscado alternativas (además de que tampoco es algo determinante ni importante).
Qué poco quereis a vuestras parejas, una cosa es empezar una relación abierta, que bueno allá cada uno, y otra que una relación cerrada la conviertas en abierta porque sí, ala. A mí me proponen eso y le digo que está tan abierta que se puede ir a tomar por culo.
we tienes razon
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