Cuando se acerca el mes del orgullo, una ola conservadora dentro de la misma comunidad LGBT renace cada año para censurar una celebración que nos permite visibilizar el orgullo de ser uno mismo: la marcha del orgullo LGBTI.
La razón: las marchas del orgullo son plataformas para que las formas más “exhibicionistas” y “escandalosas” de ser LGBT se expongan al ojo público. Y eso, por dios, es inmoral y detestable, no ayuda en nada y por el contrario, hace que retrocedamos en la lucha por nuestros derechos. Si queremos que nos traten bien pues, deberíamos salir a marchar normalitos no más, sin hacer mucha bulla y, mucho menos, evitar exponer nuestros cuerpos semidesnudos usando tangas, lentejuelas o maquillaje escandaloso. Después por qué nos tratan como nos tratan, caray. No, yo no voy a las marchas del orgullo.
Estos son más o menos los argumentos “de sentido común” que acompañan las críticas hacia la marcha del orgullo cada junio. Y digo “sentido común” porque claro, para muchos es bastante lógico que en una sociedad tan conservadora como la nuestra, salir a la calle exponiendo un cuerpo transgresor del género de una manera tan evidente va a generar rechazo y aversión, haciendo difícil que las personas nos entiendan y, por ende, lograr la aceptación de la sociedad, algo que se piensa es necesario para lograr obtener los derechos que merecemos.
Por lo general, son estas mismas personas las que piensan que marchar es por gusto, que deberíamos enfocarnos en otras cosas más importantes, que los cambios vienen solos. El gran problema es que estas personas, algunos pseudointelectuales, hacen un análisis superficial de lo que significa un movimiento social y de cómo se dan los cambios en la sociedad.
FLASH NEWS: Los cambios y evolución de la sociedad no se dan como por arte de magia, ni porque (por fin) la mayoría entiende a una aparente minoría, ni porque la discriminación se acabó. Para eso, claro ejemplo, los derechos de las mujeres. Las mujeres pueden votar, estudiar, tenemos derechos civiles… pero el machismo sigue siendo pan de cada día, mata, viola, disminuye y tiene efectos notorios en el plano económico, político y social.
¿Qué es ser LGBTI?
Claro, cuando se habla de las mujeres hay un estereotipo marcado de qué es una mujer, y qué lindas las sufragistas cuando marchan por sus votos, qué lindo cuando se hace campaña porque las mujeres estén más en ciencia y en política. Pero qué horrible cuando se habla del aborto, qué horrible cuando se habla de las mujeres indígenas que piden defender su tierra o cuando se habla de los derechos sexuales y reproductivos. Terrucas, comunistas, rojas, abortistas. Calma, son esas las que pusieron a las mujeres en el centro de atención y las que lograron que se les vea como algo más que un instrumento doméstico del hombre. Mujeres con derecho a su sexualidad, libres, sin la obligación de ser heterosexuales, sin la necesidad de ser madres. Mujeres así hay muchas y piden ser visibilizadas, por eso salen a marchar.
Recordemos que la lucha LGBTI va más allá de hacer visible la necesidad de poder celebrar un lindo matrimonio estereotipado entre dos hombres o dos mujeres, que pueden encajar en la expectativa social tradicional de hombre y mujer hecho y derecho. Las personas LGBTI son los disidentes del género por excelencia, son los que retan el orden tradicional de cómo es ser un hombre y una mujer, y son los que muchas veces ni son hombres ni son mujeres.
Las formas de ser gay, bisexual, lesbiana o trans son muchas y son todas diferentes. Los cuerpos son diferentes, los géneros, las expresiones de género y las orientaciones son muchas, entonces ¿por qué no celebrarlas todas?, ¿por qué no sentirnos orgullosos de todas?
¿Por qué sí hay cuerpos que merecen ser admirados y otros cuerpos que no?, ¿por qué solo algunos cuerpos son considerados bonitos en desnudez?, ¿por qué las tetas asustan si están en una marcha y no en un aviso publicitario de ropa interior?, ¿por qué el estómago nos da asco si no está formado por músculos?, ¿por qué solo son bonitas ciertas caras, ciertos pelos, ciertas formas de ser?
Hay mucho racismo, gordofobia y clasismo dentro de la comunidad LGBTI. Las personas trans son diversas, las lesbianas, bisexuales y homosexuales también lo son. Ser andrógino no solo es verse como Ruby Rose, hay personas LGBTI de todos los tamaños, etnias, cuerpos, formas y colores.
Qué terrible saber que nos creemos los rebeldes por darnos un besito en la calle o por poner la bandera en nuestra foto de perfil en el Facebook, pero cuando vemos la tele criticamos si una actriz engordó o qué asco Mayimbú porque, como dice Andynsane, es una “reencarnación de oveja con retraso… marrano indeseable de camal…”.
Amigo homosexual conservador y heteronormado, haz insight, analízate, medita un rato. Tu queja sobre el escándalo es prácticamente transfobia. Nadie tiene que bajarle a su escandalosidad, para que tú y otros acartonados homofóbicos estén más cómodos y no se les suba la presión. Revisa aquí la lista de derechos humanos para que sepas que la libertad de expresión pacífica, el libre desarrollo de la personalidad, y el derecho a la no discriminación son derechos universales y tus opiniones de que está mal no tienen por qué ser tomadas en cuenta y muchas recaen en discriminación y violencia, así que creo que quien debe revisar su comportamiento, eres tú.
La marcha del orgullo representa más que las ganas de una comunidad por ser visible, representa también las muchas formas de ser y la necesidad de estar orgullosos de nuestra diversidad. Es ilógico que un homosexual diga estar orgulloso de ser gay, pero qué asco cuando uno de ellos quiere hacer performance drag, porque eso es escandaloso. Es absurdo que una lesbiana diga que le molesta ir a las marchas porque los hombres andan semidesnudos y con lentejuelas y que eso no deben ver los niños, pero sí le permite ver Esto es Guerra a su hijo porque el cuerpo semidesnudo de los guerreritos sí está permitido y está bien.
Por supuesto que hay comportamientos criticables, violentos, ignorantes. Pero salir a la calle expresando tu género como mejor te parezca, retando las normas impuestas por la sociedad, no lo es. Si te molesta un cuerpo que no tiene género, pregúntate por qué. Si te molesta un hombre con falda, pregúntate por qué. Si te molesta un cuerpo desnudo, pregúntate por qué. Si te preocupa que un niño vea cuerpos diversos celebrando con orgullo no ser heterosexual, pregúntate por qué. Una ayudadita: eres homofóbico internalizado. Hace un tiempo hice un artículo sobre eso si te preguntas qué es y juras que a ti no te puede pasar.
Y no, discriminar no es solo odiar, ni tener miedo. Discriminar es ver como menos una forma de ser, es pensar que es preferible un cuerpo sobre otro, una orientación sobre otra, un género sobre otro… cuando en la realidad ninguno te hace daño, ni te quita derechos, ¡ni te jode, pues! Si te preocupa que un niño vaya a la marcha y se convierta en homosexual… ¿no que ser homosexual estaba bien?, ¿por qué tendríamos que evitar que un niño sea homosexual?, ¿tú te hiciste gay por ver homosexuales marchando en la calle?
Ninguna lucha se ganó sin alzar la voz, sin protestar y sin exigir nuestros derechos.
Seguiremos marchando, escandalosos, rebeldes y transgresores. Para que tanto tú, como todos, tengamos los mismos derechos. Para que sepan que existimos y que la violencia, así venga desde adentro de la comunidad LGBTI, no nos detenga ni nos invisibilice.
Por Alexandra Hernandez Muro - Jul 1, 2016
Tomado de http://sinetiquetas.org/
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