¿Adopción gay afecta orientación sexual de los niños?
Concepto del ICBF en ese sentido es clave ante decisión que pueda tomar la Corte sobre el tema.
“No se evidencian situaciones que afecten el desarrollo integral de un niño, niña o adolescente desde la perspectiva de las ciencias de la salud, ni tampoco existen evidencias científicas de que la orientación sexual de los padres sea factor que incida negativamente en el desarrollo del niño”.
Esta es la principal conclusión a la que llegó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el organismo encargado de velar por la protección de los derechos de los menores de edad en Colombia, en un concepto que dirigió a la Corte Constitucional sobre el debate de la adopción gay.
En el marco de la decisión que está a punto de tomar sobre el polémico asunto, los magistrados le pidieron al ICBF que sentara posición argumentada sobre “los efectos que podría tener para el desarrollo integral de un menor el hecho de ser adoptado por una pareja del mismo sexo”.
La respuesta tiene 55 páginas y fue elaborada por la Dirección de Protección y Subdirección de Adopciones. Llegó a la Corte a finales del año pasado y aunque parte de la base de que “no existe un derecho a adoptar”, sino el derecho de los menores a tener una familia, el Estado sí debe “generar políticas que garanticen la protección de los menores, sin importar la orientación sexual de sus padres biológicos o adoptantes”.
Esto, porque según el Instituto, en Colombia “ya hay niños creciendo en hogares compuestos por padres homosexuales”, por lo que “es imperativo” que se regule el tema.
Para el ICBF es claro que el desarrollo de un niño en un hogar de dos padres o de dos madres “se vería garantizado”, siempre y cuando las instituciones cumplan con su deber de brindarle acceso igualitario a los servicios y derechos, sin discriminación alguna.
Aunque el Instituto recomienda que se haga una investigación de fondo en el país sobre las dinámicas y los roles de los padres homosexuales, considera que es claro en que “no existen diferencias que permitan pensar” que un modelo de familia –el heterosexual u homosexual– es mejor que el otro. También recomienda que, en todo caso, los niños y adolescentes “sean escuchados y sus opiniones deberán ser tenidas en cuenta”.
El concepto menciona las investigaciones del psicólogo David Brodzinsky, quien al ser consultado sobre cómo podría afectar a un menor el hecho de crecer en un hogar compuesto por parejas homosexuales, concluyó que existía una tendencia “a favor de los padres del mismo sexo, ya que estos reportaron tener una relación afectiva significativamente mejor con sus hijos e hijas que los padres heterosexuales”, y que, incluso, las parejas gais son más propensas o inculcar valores como la tolerancia y el respeto.
El ICBF también analizó la probabilidad de que los menores tengan riesgo de ser víctimas de violencia sexual en un hogar gay y concluyó que “las agresiones sexuales en su mayoría se reportan en medios familiares heterosexuales”.
Tras una revisión de más de 320 investigaciones internacionales, el Instituto resalta que lo que más influye en la crianza de los hijos y en su adecuado desarrollo psicológico “es la falta de conflictos familiares” y no la orientación sexual de los padres.
De la misma manera, resaltó el hecho de que la gran mayoría de homosexuales crecieron en familias heterosexuales, lo que desvirtúa el argumento sostenido por algunos sectores en esa materia. La Corte tiene hasta la próxima semana para decidir. La ponencia, del magistrado Iván Palacio, es favorable a darles a las parejas del mismo sexo la posibilidad de adoptar.
No hay relación entre la orientación sexual de los padres y los hijos
Uno de los mitos que el ICBF asegura que debe romperse es el de que las tendencias sexuales de los padres influyen en las de los hijos. De hecho, señala el ICBF, la mayoría de hijos gais provienen de hogares heterosexuales. El Instituto recalca en la necesidad de que, en un escenario de apertura a la adopción gay, las instituciones se ocupen de preparar a los niños de mayor edad, pues como lo concluye el psicólogo David Brodzinsky, “mientras más grande el niño, más consciente será de las implicaciones y el significado de tener dos padres o dos madres”.
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