En el ambiente gay siempre estarán esas dudas sobre la monogamia, si existe la fidelidad, qué pasa con el poliamor y que vendrá después de las triejas; eso sin contar con las famosas y muy abundantes “relaciones abiertas”.
Por Gustavo Patiño @gustavoperrito
Batallando con la imagen del hombre “ideal” para algunos, yo creí haberlo encontrado: alto, delgado, con barba, ojos medianamente claros, un poco desaliñado, masculino y de poco ambiente gay; estudiante de su segunda carrera y con un trabajo estable. Sin embargo, tenía dos enormes defectos: el primero es que es un hombre poco apegado a las personas y, el segundo, con el tiempo lo descubrí.
No analizo, ni juzgo la cuestión de la infidelidad en este caso, solo les contaré esta historia que, entre copas, entre lágrimas y unas cuantas rancheras un amigo tituló “el novio de mi novio".
Soy uno más de esos que se pregunta si existe o no el amor, soy de esos que quizá vive anhelando el momento preciso para amar, y después de tanto buscar, un día al parecer lo había encontrado en alguien valioso: un man rockero, desaliñado, con quien compartía no solo
Nos conocimos por redes sociales, sí por Instagram y Facebook luego de intercambiar un sin fin de “Me Gusta”, y después de largas horas durante el día y la noche hablando, tratando de conocernos, pues yo me encontraba hipnotizado y atraído por él. Sin planearlo, la noche en la que menos lo imaginé lo conocí, al estrechar su mano sentí un frio recorriendo todo mi cuerpo, no tenía las palabras precisas y perfectas; pero aun así seguimos hablando.
A los días nos volvimos a ver, quizá en lo que parecía una “primera” cita, aun recuerdo esa parte exacta en la que nos sentamos en el Parque Nacional, nos sentamos a hablar, a fumarnos un cigarro, riéndonos de la gente que pasaba y sin pensar en el pasar de las horas, fue allí, fue allí donde por primera vez nos dimos un beso luego de llegar al común acuerdo que los dos queríamos seguir parchando, saliendo, conociéndonos y porqué no tener algo más serio.
Pasaron los días y algunos meses, y yo ya me encontraba totalmente en otro planeta, fueron llamadas, citas, planes sencillos… Sí, de esos planes de caminar sin rumbo por el centro de Bogotá, fueron horas enteras en las que imaginé mil cosas.
En uno de esos planes me acompaño a un evento, una de esas “reuniones de la maricocracia de Bogotá” fue ese jueves 24 de septiembre una de las mejores noche en muchas para mi, tenía su compañía en un ambiente en el cual el veneno estaba en aire y cualquiera al morderse la lengua podía morir; estaba con él y nada me importaba, luego de la reunión fuimos a un bar, a uno de esos bares que están de moda en el centro, luego de unas horas nos fuimos de allí, salimos caminando bajando por la carrera séptima agarrados de manos esperando encontrar un taxi.
Si esa noche fue la primera y única noche que amanecí a su lado, aun recuerdo cada parte de su cuerpo, su piel blanca, sus lunares, la forma en la cual dormimos arrunchados, la música de fondo y como olvidar que se le hizo tarde para llegar al trabajo al día siguiente.
Al finalizar octubre yo me encontraba en una nube voladora, en la que había recuperado la fe en el amor, en el que había recuperado la fe en mi mismo, recuperé en esos meses las ganas de estar con alguien, mis amigos notaron un cambio en mí, me preocupaba por él, mi vida giraba en ese momento por y para él, giró al punto de dedicar mi tiempo en ayudarle con sus trabajos de la universidad.
Del 3 al 8 noviembre quizá para él fue la mejor semana pues se fue de vacaciones a México, para mí la peor semana pues no tuve comunicación con él, solo las publicaciones de fotos que hacía en Instagram y Facebook era mi conexión con él, al mismo tiempo me di cuenta que había viajado con un “amigo”, o bueno alguien que yo también conocía y fue en ese momento donde empezaron mis sospechas, sospechas de que el salía con alguien, sospechas de que tenía novio y quizá esos meses yo había sido el otro … la moza.
En los días siguientes confirmé mi sospecha, el viaje a México no fue otra cosa que una pequeña “luna de miel”, aquel amigo que salía con él en las fotos me lo confirmo todo, me confirmó quién era el novio (que también salía en las fotos), que por casualidad del mundo gay también yo conocía.
No olvidaré la noche del 16 noviembre, noche del Concurso Nacional de Belleza… Esa noche tomé frente, le pregunte 3 veces si salía con alguien, 3 veces le pregunte si tenía pareja… sin encontrar respuesta de su parte exploté en lo que era casi un vomito pidiendo una explicación, que me lo aceptara, era solo eso lo que faltaba que él lo aceptara, pues al final yo ya sabía que si, tenia novio. La respuesta que conseguí “Gus, no entiendo el reclamo si tu y yo no teníamos NADA”.
En una de mis borracheras intenté comprender como era posible que al tiempo que compartía conmigo compartiera también con otro, la habilidad para mentir y engañar, pero era demasiado tarde, mi corazón no respondió a la razón ni a mis pensamientos de que todo había pasado.
Lógicamente duramos días y semanas sin hablar, yo no quería saber más de él, fue en ese momento donde lo inexplicable paso, el novio del que yo en algún momento creí podía ser mi novio llamando a mi celular, yo me encontraba trabajando corriendo en medio de una función de teatro en el batallón guardia presidencial, eran época de navidad, de novenas, este personaje llamo a insultarme, a decirme que ya sabía todo lo que había pasado y a pedirme que me alejara. ¿QUE ESTABA PASANDO?, no supe ni que contestar pues con él ya no tenía comunicación.
Después de ese 18 de diciembre, de esa llamada del novio terminé de alejarme de él y no supe nada mas, pasaron las fechas decembrinas, llego el año nuevo y con él mis vacaciones, como dicen año nuevo… vida nueva, pero fue en esa vida nueva donde pequé ese 4 de enero en medio de mis vacaciones lo llamé, con la excusa de desearle un feliz cumpleaños, pero mi mente y mi corazón querían saber más de él. Sí, al llegar de mis vacaciones nos vimos por que él me lo pidió, y me enteré que esa relación había terminado, escuché de sus labios que ya no tenía nada con quien me había llamada a insultarme.
Aun ahora en Abril sigo pensando si todo fue verdad o fue mentira, sigo desconfiando si es verdad que ya no tiene nada serio con nadie, aun es dueño de mis pensamientos, de mis alegrías y mis tristezas aunque ya no hablemos como antes, solo puedo decir que gracias a él aprendí de nuevo a amar, a querer y a perdonar.
Es por eso que ahora solo les puedo decir asegúrense bien cada que empiezan a salir con alguien que este si este SOLTERO, cada quien a lo suyo, sin presionar a nadie y como se dice por ahí: “vive y deja vivir”. No sean ustedes el “NOVIO” de alguien que ya tiene “NOVIO”.
Por Gustavo Patiño @gapbecquer
2 comentarios :
Excelente historia. Pero cuando no hay confianza no hay nada
Histerica
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