Debemos reconocer que vivimos en una era en la que afortunadamente se han logrado dar importantes paso en cuanto la comunidad LGBT. Sin embargo, aún queda mucho territorios que alcanzar, sobre todo, en materia de aceptación y respeto.
Declararse abiertamente homosexual no resulta un proceso fácil para todos.
Por eso, Raymond Braun, editor de la sección gay de la revista Seventeen, se unió con sus amigos, los youtubers Aaron y Austin Rhodes, para realizar una guía práctica para salir del clóset. Esto a propósito del "Día de salir del clóset", que se celebra en los Estados Unidos cada 11 de octubre.
¿Quieres saber qué hay que hacer?
Acá te detallamos su idea:
1. Sal del clóset contigo mismo: Acéptate, respétate, valórate y quiérete tal como eres.
2. Edúcate: Busca información de interés. Esto te evitará caer en prejuicios y te dará las herramientas necesarias para ayudarte a ti mismo y a quienes lo hacen.
3. Elige a un aliado en quien confiar: Tener el apoyo de un@ o vari@ amig@s es fundamental antes de dar la noticia al resto del mundo.
4. Anticipa preguntas y cuestionamientos que te puedan hacer: No estaría de más que tuvieses una guía de preguntas y respuestas.
5. Crea un plan de contingencia: Nunca se sabe cómo va a reaccionar alguien. Piensa en distintos escenarios para poder seguir adelante.
6. Prepara la primera conversación: Es importante, sobre todo si se trata de tu familia. De seguro querrás que todo sea lo más agradable posible.
7. ¡Sal!: Simplemente sincérate con todos. No estás haciendo nada malo, y créenos, te sentirás mucho mejor.
8. Ayuda a otros: Comparte tu experiencia con otros que estén en la misma situación. Crear empatía con los demás es más valioso de lo que piensas.
9. Sé amable contigo mismo: Siempre actúa con esponsabilidad y respeto.
10. Y por último, pero no menos importante, ten presente que el valor de una persona no está en su orientación sexual.
E! NEWS
Salir del closet
Salir del closet. ¿Qué tan difícil puede ser? Varios miembros de la comunidad LGBT aportaron sus experiencias para la primera publicación de este blog dedicado no solo a los integrantes LGBT, sino a todos los que por alguna razón desconocen esta cotidianidad. Espero disfruten mi primera publicación.
Jaime Blanco es homosexual, nació en Valledupar, tiene 27 años y es administrador de empresas.
“Desde los 13 años me di cuenta que era homosexual (cuando me desarrolle). Desde esa edad empecé a sentir deseo sexual por los hombres. Está comprobado científicamente que los homosexuales nacen. Pasaron entre 6 y 7 años para salir del closet, tomé la decisión a los 21 años.
Se lo dije a mis papas y amigos cercanos, poco a poco, luego a los 24 años sí lo hice público en redes sociales. Mi mayor temor era el rechazo de mis amigos y familia, sobretodo porque vengo de una cultura machista. Fue una decisión difícil pero mis amigos y familiares lo aceptaron de manera positiva. Desde que salí del closet, me siento libre feliz, tranquilo, volví a nacer.
En cuanto a la promiscuidad consideraría que por la naturaleza de las relaciones homosexuales (hombre con hombre), se presenta mayor promiscuidad porque independiente de la orientación sexual, el género masculino es mucho más sexual que el femenino.
La actividades diferentes a un heterosexual que realizo sólo es la rumba gay, de resto llevo una vida como los heterosexuales. No he trabajado con algo LGBT pero si soy muy activista en la redes sociales.”
Vanessa Franco tiene 21 años y es lesbiana.
“Cuando tenía 16 años me di cuenta que era lesbiana porque veía una chica y me atraía muchísimo. Definitivamente no sentía nada por un hombre. Yo creo que los homosexuales nacen y algunos se hacen por golpes fuertes que les da la vida.
A penas me di cuenta que era lesbiana preferí salir del closet y fui sincera con mi familia. Mi mayor temor era que mi mamá me rechazara pero afortunadamente no hubo consecuencias difíciles a la hora de revelar mi orientación sexual. Mi mamá lo tomó bien y era lo que más me importaba.
Soy de las personas que les gusta la sinceridad entonces cuando me di cuenta de que era lesbiana empecé a frecuentar bares gays, me sinceré con mi familia y obviamente la sociedad que me rodea lo supo.
Al salir del closet me di cuenta la cantidad de cosas buenas que tenemos las mujeres como el apoyo que brindamos.
¿Qué opino de la promiscuidad en los homosexuales? Bueno, creo que es falso que los homosexuales seamos más promiscuos, yo creo que existe en todos los géneros.
Lo único diferente que hago es coger a una chica de la mano, el hecho de ser lesbiana no quiere decir que sea diferente.”
Lina Lynn es mujer transgénero activista trans hace 4 años y tiene 46. Empezó en un grupo de apoyo de personas transgénero en el antiguo centro comunitario de Chapinero y después pasó a trabajar como promotora de la Subdirección para asuntos LGBT de la SDIS (Secretaria Distrital de Integración Social).
¿Desde cuándo te diste cuenta de tu orientación sexual? Desde los 6 años
¿Cómo te diste cuenta que no eras heterosexual? Sentía que algo estaba mal porque no me gustaba la ropa de niño y no me gustaba jugar cosas de niños.
¿Crees que los homosexuales, bisexuales o transexuales nacen o se hacen? Para m i nacen, que no lo puedas expresar es diferente por toda la presión social pero se nace.
¿Cuánto tiempo pasó para que salieras del clóset? Ufff como 30 años para decidirme a empezar el tránsito.
¿Cómo saliste del closet y en qué situación? Bueno en un día de mucha presión dije que iba a ser mujer. Mi mamá lloró y estaba súper deprimida pero mis tías me ayudaron. Busqué ayuda de mis padres y cogí fuerzas. Empecé un tratamiento psicológico y profesional con médicos endocrinos que me ayudaron con el tema hormonal. Poco a poco mi mamá se fue adaptando a mis cambios y mi nueva forma de vida. Creo que salir del closet te hace libre y es una opción, pero para las personas trans es salir a la luz sin máscaras y siendo tú mismo.
¿Cuál era tu mayor temor a la hora de revelar de manera pública tu sexualidad? La discriminación, el miedo a mis padres y el miedo a la sociedad. Además no tenía referentes de cómo podía vivir una persona transgénero por el contexto de la época.
¿Hubo consecuencias difíciles para ti a la hora de revelar tu orientación sexual? ¡Claro! Los cambios cuando se trata de cambiar de identidad y de sexo son muy complejos. Es difícil conseguir empleo, el rechazo familiar y la discriminación es más alta en personas transgénero
¿Cómo lo aceptó tu familia y amigos? Al principio mal pero se fueron acostumbrando. Mis amigos son LGBT, por esa razón bien, y los pocos hetero se han ido enterando pero por lo general con mi familia paterna y materna lo han tomado muy bien y me brindan su apoyo y respeto.
¿Qué aspectos positivos te trajo el hecho de haber salido del clóset? Una paz interior inigualable, seguridad, alegría y mucha tranquilidad de ser yo misma y caminar cada día de frente a la vida y sobre todo el deseo de vivir.
¿Es verdad que los homosexuales, bisexuales y transexuales son mucho más promiscuos que los heterosexuales? No, creo que es parejo. Muchos hetero son promiscuos solo que no tan abiertos y visibles como los LGBT. Creo que eso no distingue orientación sexual, el que es promiscuo es promiscuo.
¿Qué actividades realizas diferentes a una vida heterosexual? La de estar vinculada al movimiento LGBT pero en general realizo las mismas actividades: estudiar, trabajar, salir de compras, ir a cine, compartir con amigas y amigos etc.
¿Has trabajado en algo relacionado con tu orientación sexual? Sí, en este momento soy promotora LGBT de Bosa de la Secretaría de Integración Social de Bosa
Aquiles Villanueva tiene 20 años y estudia Arte Dramático en la Universidad del Bosque en Bogotá
“Me di cuenta que era gay cuando tenía 17 años. Empecé a sentir más afinidad con los hombres, les prestaba mucha más atención a un hombre que a una mujer hasta que me di cuenta cual era mi preferencia.
Estoy seguro que los homosexuales nacen.
Desde que yo me acepté pasaron como 3 meses para salir del closet.
¿Mi mayor temor? Que nadie me aceptara pero afortunadamente me siento afortunado porque nunca tuve ningún tipo de rechazo con mi familia y amigos.
Salir del closet me quitó un peso gigante de encima, todo se volvió mucho más tranquilo.
La verdad no creo que los homosexuales sean más promiscuos solo que alardean más y se crean su propia fama.”
“Mi nombre es Sebastián. Tengo 21 años y soy gay. Estoy terminando de estudiar técnico en auxiliar de enfermería. Crecí al lado de mi abuela y tuve una vida normal.
Siempre tuve claro que me gustaban los hombres y no las mujeres desde muy pequeño, de hecho nunca he estado con una mujer.
Me di cuenta en el momento que compartía un espacio con mis compañeros de clase y miraban a la típica chica de un curso superior y decían que estaba buena o que era demasiado linda, cosas por ese estilo, y a mí me parecía normal, cosa contraria que me pasa al ver al tipo chico play boy de un curso mayor. Yo lo detallaba, me gustaba mucho mirarlo, y fue ahí donde me di cuenta que sentía algo más fuerte hacia los hombres que hacia las mujeres. A medida que fui creciendo me fui dando cuenta que cada día era más fuerte esa atracción visual y hacia el físico de un hombre.
Yo creo que ser homosexual es algo con lo que se nace.
Yo salí del closet entre los 16 y 17 años sabiendo desde muy pequeño que me gustaban los hombres y no las mujeres.
Mi mayor temor era el rechazo, que de pronto mi familia se olvidara de mis buenas calificaciones e hicieran a un lado el ser yo como hijo, primo, sobrino, nieto y me empezaran a tratar como un desconocido que fue realmente lo que pasó.
Salí del closet porque me vieron trabajando en un bar gay de mesero. Mi abuelo estaba un poco enfermo al igual que mi abuela entonces antes de morir mi abuelo salí del closet y tuve la aprobación de él. Con mi abuela por ser cristiana aun llevo un proceso de aceptación.
¿Consecuencias difíciles? Muchas. Perdí el apoyo económico, moral, fui señalado, me echaron de la casa de mi abuela que era con quien convivía en ese momento y llegué al punto de intentarme suicidar.
Claramente mi familia ya sabe. Me echaron de la casa pero pues fue un proceso donde reivindiqué a las personas homosexuales y saqué el imaginario de q el gay o es peluquero o es prostituta. También pueden tener una profesión. La verdad casi no tengo amigos pero los cuatro que tengo son gay y la chica es lesbiana.
Salir del closet me trajo más tranquilidad y poder andar sin preocuparme que me vean o algo así. Además de poder mirar a la cara a mi familia sin sentir temor.
Creo que a estas alturas del siglo XXI el tema de la promiscuidad es un tema que nos compete a todos tanto heterosexuales como homosexuales.
Las actividades diferentes que realizo a un heterosexual creería que es tener relaciones sexuales con otra persona de mí mismo sexo, tratar de sobre llevar un sociedad machista y discriminatoria, de resto igual me toca estudiar, trabajar, ir al médico como todas las personas.”
¿Has trabajado en algo relacionado con tu orientación sexual? “Sí, en algún momento fui activista por los derechos y manejé un poco acerca de política pública LGBT y ahora que estoy vinculado con una Unión Temporal que maneja la prevención de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual).”
Lina nació en una familia humilde y de origen tolimense. Nació en cuerpo de hombre pero nunca se sintió como tal. Cuando jugaba con sus amigos escogía los papeles femeninos. A los siete años su mamá le regaló un pantalón rosado, ese día Lina se sintió identificada. A los trece años solía ponerse tacones y mirarse frente al espejo.
Su madre, a los 23 años, se enamoró de un hombre, el cual sería el padre de Lina, mujeriego y casado. La figura paterna de Lina siempre ha estado ausente. Volvió solo un día cuando Lina tenía 15 años pero su padre murió al poco tiempo tras una enfermedad que adquirió. A lo largo del tiempo Lina a conocido otras figuras masculinas que le han hecho sentir miedo y considerar que son personas violentas y abusivas. Entre esos hombres ella recuerda a su padrastro que las maltrataba y siempre estaba fumando marihuana.
Cuando Lina tuvo su primera relación homosexual se sintió incómoda porque la trataban como gay y no como la mujer que quería ser.
Cursando octavo grado Lina sintió el mayor rechazo. Sus compañeros la rechazaban y ni le cogían la mano diciéndole que era una leprosa y una portadora de VIH. Sus compañeros dividieron el salón, las izadas de bandera, los desfiles, etc. poniendo a un lado los niños al otro las niñas y a Lina en el medio.
En las obras de teatro del colegio salía disfrazada de mujer y mucha gente no la reconocía. Sus compañeras le decían “Lástima que no seas mujer”. Eso la enfurecía con su cuerpo y con sus genitales. Llegó al punto en el que casi se los corta con un cuchillo.
Cuando tenía 13 años pensaba mucho en el suicidio y decía que cuando llegara a los 18 años quería morir.
A los 17 años le dijo a su mamá que era gay, ella le empezó a botar todo el maquillaje que había en la casa, le guardó la ropa y le prohibió volverse a depilar las cejas.
Lina asegura que asistir al examen del servicio militar fue una de sus peores experiencias. Pero al verle las cejas depiladas un militar la descartó diciéndole “No. Usted es marica.”
Después de tener varios trabajos en los que se sintió rechazada por su feminidad decidió trabajar en una peluquería. Actualmente sigue trabajando en ese lugar donde hay muchos travestis. Desde hace dos años vive como mujer las 24 horas y la relación con su mamá ha mejorado bastante.
En su tiempo libre se ha dedicado al activismo LGBT y a capacitarse en derechos humanos, ayudando a otras transgeneristas y superándose a sí misma.
Alejandro Suárez tiene 21 años y estudia psicología en la Universidad de la Sabana en Bogotá.
“Siempre supe que era gay. Como estudiaba en un colegio masculino todo el tiempo conviví con hombres y desde siempre me gustaron mucho más que las mujeres.
A los 17 años ya me acepté y me di cuenta que realmente era gay. Pasó como un año para salir del closet. Mi mayor miedo era que mi mamá se enterara y me echara de la casa, sin embargo toda mi familia lo aceptó muy bien. Los homosexuales nacen.”
“Mi nombre es Alejandra Torres, tengo 19 años y estudio Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Central.
Yo me considero transexual de tendencia homosexual, pues porque no todos los transexuales o transformistas son homosexuales.
Hace 3 años empecé mi cambio físico y toda mi vida me sentí atraída por los hombres aunque lo acepté ante mis amigos hace 4 años y a mi familia hace 3.
Siempre miraba chicos y no se me gustaba su masculinidad y a veces jugaba con el maquillaje de mi mamá.
Creo que nadie es heterosexual cuando uno se siente enamorado por alguien, es por su forma de ser, no por un pene o una vagina sólo que la sociedad hace difícil que las personas lo acepten.
Después de que me diera cuenta que me gustaban los hombres y era homosexual, ya asimilado como un año, pues siempre me decían que parecía una niña y todo el mundo lo sospechaba.
Salí del closet en una pelea familiar porque yo me tinturé el cabello y mis papás conocieron a un amigo que era gay entonces pues peleando se los dije. La verdad nunca me preocupó nada. Fue una época en la que me importaba más que todo mis amigos y ellos ya sabían así que ya no tenía temor.
Consecuencias difíciles la verdad no tuve, algunas personas se alejaron pero no me afectó.
A mis papás al comienzo no les gustaba y era muy complicado. A veces se avergonzaban de mí, después de un tiempo y una charla, todo cambió. Ya mi mamá me apoya, me paga la universidad y me regala ropa de mujer.
Salir del closet me dio tranquilidad conmigo misma.
¿La promiscuidad? Bueno, es que la vida LGBT para muchos es algo clandestino entonces ninguno busca un novio o novia, sólo busca sexo pero más adelante las personas que ya son públicamente de la comunidad acostumbran a tener sus parejas como cualquier heterosexual.
Lo más LGBT que hago es ir a Theatron, de resto voy a bares heterosexuales pues porque paso por mujer o por lo menos eso creo.”
Tomado de https://michellemcgrath14.wordpress.com/category/salir-del-closet/
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