VIDEO CITY TVLa Policía Metropolitana de Bogotá dijo que iba a tomar las medidas disciplinarias pertinentes para castigar el procedimiento equivocado del uniformado.
Enfrentamiento evidencia conflicto por el territorio en el norte de la ciudad
Más que una cuestión de género
El caso en el que un policía disparó contra tres transgeneristas en la calle 102 con carrera 15 enfocó la atención no sólo en el presunto abuso policial, sino también en el malestar de los vecinos por el ejercicio de la prostitución en ese sector.
Por: Viviana Londoño Calle - EL ESPECTADOR. Una larga y silenciosa guerra territorial entre los habitantes del sector de Navarra, en la localidad de Usaquén, y cerca de 30 transgeneristas que usan el sector para ejercer la prostitución derivó ayer en la madrugada en un enfrentamiento entre tres de las trabajadoras sexuales y un patrullero de la Policía, quien, tras ser agredido con gas pimienta, disparó al piso y como consecuencia hirió a una de ellas.
El problema comenzó hace casi 15 años, cuando las prostitutas que para la época trabajaban en la calle 82 comenzaron a expandir su zona de trabajo hacia el norte de la ciudad. Los vecinos no tardaron en interponer derechos de petición a la alcaldía local en busca del desalojo de los nuevos habitantes nocturnos de sus calles.
Nunca hubo enfrentamientos directos con las transgeneristas, pero en la línea de emergencias del 123 figuran reclamos de los lugareños en los que piden acción policial y asocian la presencia de ellas con el incremento de la inseguridad.
Una de esas llamadas fue recibida en la madrugada de ayer por la Policía, que de inmediato envío un grupo de uniformados para atender un supuesto atraco cometido por una de las trabajadoras sexuales en la calle 102 con carrera 15.
El patrullero asignado llegó al sitio. Se oyeron gritos, también insultos. Se oyeron tres disparos. A esta hora el uniformado es investigado por la institución.
Cristal es una de las implicadas. Denuncia que el mismo patrullero la había agredido meses atrás en esa zona. Dice que recibieron amenazas por parte del uniformado y que lo demandarán por intento de homicidio.
Esta no es la primera vez que una mujer transgenerista denuncia un abuso por parte de algún uniformado. Según el último informe entregado por la organización Colombia Diversa, entre 2006 y 2007 se reportaron 31 casos de abuso policial.
El panorama no es sencillo. Decenas de personas encuentran una alternativa rentable de trabajo sexual en el norte de Bogotá, a pesar de que la única zona en la que se permite esta actividad es el Barrio Santa Fe, en el centro de la ciudad.
El coronel Diego Hernández es el encargado de la zona norte desde hace seis meses.
Aclara que su institución está en contra de la conducta del patrullero, pero señala que la situación se ha vuelto insostenible para los vecinos, quienes, según Hernández, piden a diario a las autoridades que tomen medidas al respecto.
Cristal trabaja en el sector hace cinco años. Es determinante cuando habla de su experiencia. “En Santa Fe es muy peligroso trabajar y no hay espacio, mientras que allá nos pagan $10 mil por un servicio, aquí nos dan $100 mil”. El asunto también tiene que ver con la demanda.
A la versión del coronel Hernández se une a la de Carlos Pérez, habitante del barrio, quien señala que las transgeneristas no sólo tienen el lugar sitiado, sino que además protagonizan actos exhibicionistas en un sector que tradicionalmente ha sido de uso residencial, por lo que insiste en una reubicación inmediata.
Otra cosa opinan los líderes de la comunidad LGBT. Para Mauricio Noguera, abogado de la organización Colombia Diversa, independiente de los conflictos que se presenten se deben buscar soluciones estructurales de la mano de la administración distrital. Noguera cree que no se logra mucho con simples medidas coercitivas como la del martes en la madrugada. Todo indica que no se equivoca.
Según Juan Pablo Camacho, alcalde de Usaquén, en un trabajo conjunto con la Secretaría de Integración Social se han adelantado procesos para incentivar a las transgeneristas a dejar el lugar y desestimular la actividad sexual allí. No han tenido éxito. “No tenemos una solución radical frente al tema y depende mucho de la voluntad de ellas”, reconoce con impotencia el mandatario.
Blanca Inés Durán, alcaldesa de Chapinero, destaca que sigue existiendo una gran discriminación hacia las transgeneristas, que se representa no sólo en actuaciones de la Policía sino también de la ciudadanía. “Estoy de acuerdo con que se realice un control, pero hay que encontrar la manera adecuada de hacerlo”.
Mauricio Noguera insiste en que la situación de Usaquén evidencia un problema cultural estructural. “No se trata de enviar a la Policía, es un tema de política pública que le concierne a todos los ciudadanos”.
Esta noche en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la organización Colombia Diversa presentará la más reciente investigación sobre derechos humanos de esta comunidad en el país.
Viviana Londoño Calle | Elespectador.com
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