NO A LA FALTA DE CRITERO Y AL ODIO; SI AL AMOR
Por: Mabel Morales Polo*
Aún no sabemos cuáles serán las reales consecuencias de la marcha del pasado miércoles 10. Tras el puente festivo, por la Asunción de la Virgen María, lo que viene es un debate de control político y Moción de Censura para la Ministra de Educación, Gina Parody. Además se preparan en Colombia y el exterior, movilizaciones promovidas por organizaciones LGBTI, que unidas, convocan a “Una Luz Contra el Odio”. Falta conocer la incidencia que el rosario de errores en que se incurrió, tenga en el proceso de paz y en la carrera de la voluntariosa cuota costeña del gabinete santista.
Lo sensato ahora es aceptar que no se supo manejar la creación de Ambientes Escolares Libres de Discriminación y que actuamos irresponsablemente como mansos borregos, sin criterio, cayendo en malas interpretaciones. Es el tiempo para aprender que creerse superior y decir verdades a medias, no son buenos consejeros y que el oportunismo político es condenable.
El desacertado manejo de la comunicación por parte de la Ministra, consentida del Presidente y quien se creía muy autosuficiente, llevó a que se involucionaría en los logros que como: adopción, aborto y matrimonio, han conseguido los homosexuales. Ellos fueron víctimas de agresiones, irrespeto y odio. Ocurrió también que Parody, ex-uribista atacante, dio pie para que el Centro Democrático le cobrara deudas, poniendo en riesgo el voto para el Sí del plebiscito y afectando la ya deteriorada imagen del Presidente, quien tuvo que salir a defenderla. Intervinieron la Iglesia católica y los cristianos – nada libres de pecados- que se aferraron a la doctrina y pidieron salir a la calle dizque para preservar la familia. Por eso fue que vimos con pancartas homofóbicas: maridos infieles y alcohólicos maltratadores, malas madres abandonadoras, hipócritas pederastas camuflados, así como niños y niñas, que utilizados cobardemente, están asustados, ante la eventualidad de que aflore en ellos la opción de ser diversos.
Desde la Gloria Eterna, el espíritu de Sergio Urrego, es testigo de todos los hechos que se han desencadenado desde hace un año, cuando decidió tirarse al vacío, pues ya no quería vivir en medio del rechazo y la burla recalcitrantes. Él era un joven estudiante, a quien sometían a matoneo y abuso por ser homosexual y que no tuvo otra alternativa que suicidarse. Fue su dolorosa huida la que generó que la Corte Constitucional colombiana ordenara revisar los manuales de convivencia escolar.
Está claro que no es bueno proceder a ciegas, cuando se carece de criterio y que la mejor vía es la tolerancia y el amor. Por eso es válido citar lo que plantea la Asociación Colombiana de Psiquiatría: “la educación es derecho de los niños y el acceso ella se considera protección en salud pública. Las orientaciones de diversidad y diferentes a las hegemónicas, no son una enfermedad mental. Acceder al conocimiento de género no supone riesgo alguno para el desarrollo de los niños. La información sobre la sexualidad, debe realizarse en las familias y en los centros educativos y permitirla, protege del abuso sexual y la exclusión por razones de género o preferencia. Ningún niño debe ser expuesto a información sexual explicita por ningún motivo, ni de forma verbal ni gráfica. Esto constituye en abuso y genera consecuencias para su salud mental. Pero no permitir que tenga orientación adecuada sobre sexualidad, afectividad, y género, puede conllevar a riesgos importantes en su sano desarrollo físico y mental. Los profesionales en Salud Mental deben ser consultados cuando se plantean políticas públicas que involucren tales temas”.
Parody, experta en amor y encantamientos, ha debido, educar, socializar, convencer e instruir, antes de negar que firmó ese contrato con entes nacionales e internacionales. No lo hizo y ahora le toca, defenderse, aclarar, justificar y asumir todas nefastas consecuencias que están por caerle encima.
Barranquilla
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