Así mismo es #EmmOzura, tuve que aceptar mi nueva realidad. Y es que cuando terminamos alguna relación ya sea laboral, de amistad, una relación amorosa, nuestra vida, da un giro de 180 grados. Ya lo que hacíamos con esa (s) persona (s), ya no lo haremos, ya no estaremos en su entorno, ya no los veremos… nuestra ruta cambia; y es que tomaremos nuevos caminos para nuestra nueva realidad.
¿Qué si es duro? Sí, es duro. Es complicado y es difícil de asimilar, pero como todo en la vida, ¡se puede! Ujum, vamos pensemos cuántos cambios radicales hemos tenido en la vida. Por ejemplo, un cambio radical y se “sopetón” en mí fue cuando me gradué de 9no grado que me tuve que cambiar a una nueva escuela en otro pueblo. Añadí a nuevas amistades, cambió mi ruta, cambió mi uniforme, muuuchas cosas cambiaron. Al principio fue de confusión, de ir conociendo el nuevo sistema, los nuevos retos, el nuevo camino que se me presentaba. Igualmente pasó en mi ruptura amorosa. Cambio de casa, ya en las noches no tenía a quien echarle la “patita”, los fines de semana ya no eran los mismos, entre otras rutinas que tuve que ajustar. Tuve que ocupar ese tiempo que pasaba con mi ex, tuve que buscar nuevos hábitos, encontrar y encontrarme.
Enfocándome en este escrito en la nueva realidad luego de una ruptura amorosa, los fines de semana para mi antes eran terribles. Detestaba que llegara un viernes y ni se diga del domingo. Sentía una soledad que me estaba acompañando terriblemente a cada instante. En la semana no es que fuese tan fácil, pero lo podía manejar un poquito mejor, por el trabajo, las amistades que me acompañaban al cine, a comer o que de una manera u otra me hacían moverme de mi apartamento.
1ero- Acepté mi nueva realidad. Acepté que mis días cambiarían, que mis pensamientos estarían confusos, que la tristeza sería parte de mi por un buen tiempo. Comprendí que extrañar sería la orden del día y que las lágrimas estarían en muchos momentos. Abracé cada vez que me hacía un nudo en la garganta y que el pecho se me apretaba al enterarme de alguna noticia de mi ex, o cuando me enteré de su primer amorío. Me hablaba como hace años no lo hacía y me admiraba por lo valiente que había sido.
2do – Busqué nuevo hábitos. Comencé a leer libros que me explicaran lo que estaba viviendo y de ahí en adelante comencé a leer y leer cada día más. Retomé el gym. Abracé mis días de mirar al techo y buscar lo positivo de lo que estaba viviendo.
3ero- Nuevo círculos. Comencé a entablar relaciones dentro del gym y empezamos a salir y crear lazos de hermandad.
4to- Tiempo con mismo. Y es que tuve que volver a aprender a salir solo a comer, a ir al cine, a ir de compras. La primera vez fui a ver una película de comedia y les admito que estaba como el cliché del separado. Me compré popcorn, chocolates, galletas, una copa de sangría y hasta refresco… lo quería todo a la vez y echado para atrás viendo la película.
No le temas a lo desconocido. No te estanques tu mismo. Acepta tu realidad, abraza todo lo nuevo que esta tocando a tu puerta. Mira tu escenario y verás que no es tan malo como parece, no estas solo. No te latigues ni te detengas ante tu recuperación, si hay que buscar ayuda psicológica, pues se busca. Haz todo lo que sea necesario para mejorar tu estado de ánimo. Tú eres el proyecto más importante de tu vida, no desperdicies ni un segundo.
Hoy por hoy… la vida me canta diferente. Es incierta como siempre, pero es graciosa y sublime. Solo puedo decir: ¡qué chévere todo esto!
De corazón a corazón #EmmOzura
P.D.:
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Ámate… porque eres el proyecto más importante de tu vida.
Por EMMANUEL IRIZARRY
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