Vivir con propósito
«Tu propósito en la vida es encontrar tu propósito y dar todo tu corazón y alma a él». Buda.
Por: Carlos Bueno.
La culminación de un año –como cualquier cierre de ciclos– se presenta como una gran oportunidad para evaluar el camino recorrido y los aprendizajes inherentes a éste, pero también es un buen momento para ser consecuente con los propósitos a cumplir en la nueva etapa, los que podemos denominar sueños, anhelos o deseos; lo importante es la intención puesta en ellos y trazar un plan de acción que permita darles vida.
Al respecto, el agradecimiento es una valiosa cualidad que permite dar cierre a experiencias del pasado, reconociendo oportunidades, logros y obstáculos que me llevaron a crecer interiormente. Agradecer atrae plenitud y abundancia.
Así pues, nuestra vida está enmarcada en diferentes áreas: Relaciones (familia, amigos, pareja), espiritualidad, salud, finanzas, desarrollo personal, estudios, trabajo, recreación, servicio, entre otras. Tener claridad en aquello que se anhela potenciar y/o transformar genera bienestar, equilibrio y esboza el camino a transitar. La rueda de la vida es una poderosa técnica de coaching que permite hacer una observación integral (personal y profesional) sobre las áreas más importantes profundizando en aquellas que demandan mayor atención. Por supuesto, se requiere compromiso, disciplina y una buena cantidad de amor propio para creer en los talentos y capacidades y así, propiciar cambios significativos. A través de esta técnica se evalúa cada una de las áreas dando una puntuación a éstas, lo cual requiere de un profundo análisis que sirve como insumo para elaborar un plan de trabajo y su consecuente seguimiento periódico.
Por otro lado, podemos hacer uso de una valiosa herramienta relacionada con el sentido de la vida denominada Ikigai, técnica japonesa de bienestar que significa impulso de vida o razón esencial para actuar cada día. Es un camino que conduce al equilibrio personal e integral, el cual es útil para cualquier edad, pues permite a jóvenes y adultos trabajar la autorrealización teniendo en cuenta: misión, vocación, profesión y pasión. A través de esta metodología se profundiza en 4 áreas: 1aquello en lo que soy bueno, 2lo que me encanta hacer, 3lo que el mundo necesita y 4aquello por lo que me pueden pagar. El ikigai permite visibilizar los talentos, pasiones y necesidades más íntimas para ponerlas al servicio de los demás.
El propósito de vida se fundamenta en un objetivo claro y en actividades puntuales para lograrlo. El ikigai, por su parte, trabaja el sentido de la existencia desde un nivel más profundo mirando hacia adentro potenciando el contacto con nuestro ser. Ambas herramientas se complementan y nos llevan a vivir una vida con mayor plenitud y equilibrio.
De igual manera, podemos diseñar un plan de bienestar, el cual se basa en sencillas preguntas que nos llevan a cuestionar qué tanto estamos haciendo por nuestra armonía y tranquilidad: ¿Cuáles son las actividades que me permiten sentir tranquilidad, plenitud y conexión con el momento presente?, ¿Cómo me quiero sentir?, ¿Qué recursos necesito para lograrlo?, ¿A partir de cuándo voy a trabajar en este plan?, ¿Cuáles son los desafíos potenciales a la hora de ejecutarlo? ¿Cómo abordaré estos desafíos?
Cuando se confía en las decisiones que se toman para cambiar de sendero y dar un “salto de fe y confianza” en la vida, esta creencia sublime permite asumir riesgos y dejar la zona de confort para vivir más acorde a los sueños y a la misión que se ha venido a cumplir en este plano de conciencia.
Tres herramientas que sirven para dar vida a propósitos más profundos, tomar decisiones y a empoderarte de tus talentos: La rueda de la vida, el ikigai y el plan de bienestar. Antes de poner en marcha estas técnicas recomiendo meditar unos minutos: Cerrar los ojos, establecer contacto consciente con la respiración y visualizar que los propósitos se diseñarán para el más alto bien personal y de la humanidad.
La capacidad de cambiar de camino –punto de vista o creencias arraigadas– origina bienestar y, por supuesto, permite reinventarse para fluir con nuevas experiencias, volver a empezar si es necesario y escuchar a los demás desde el respeto y la compasión.
Recuerda incluir en tus propósitos para el próximo año: gozar de felicidad, plenitud, tranquilidad, paz interior y abundancia; pero también poseer la capacidad de soltar bloqueos y culpas, salir de la zona de confort, asumir nuevos retos y, por supuesto, sentir la libertad de ser quien eres, pues la orientación sexual no te define como ser humano, lo cual permite andar por la vida más ligeros de equipaje.
Deseo que el amor sea la llave para que abras las puertas de este nuevo ciclo y que el mejor momento de tu vida sea este presente.
¡Gracias por tu buena energía leyendo la columna durante este año!
Para mayor información sobre el ikigai y la rueda de la vida visitar las siguientes páginas:
https://www.psicologia-online.com/la-rueda-de-la-vida-que-es-y-para-que-sirve-4761.html
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IG: @maobg_70 /@carlosbuenobienestar
Carlos Bueno
Comunicador social, especialista en gerencia social, reikista, practicante de mindfulness, coach de vida en formación. Talleres y estrategias de bienestar.
IG: @maobg_70
2 comentarios :
Maravilloso!! Gracias!
En amarte a ti mismo. Antes que de amar a alguien más.
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