Seducido, drogado y asesinado: los escalofriantes detalles del caso Coatti

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Alessandro Coatti, un prestigioso biólogo molecular italiano, jamás imaginó que la misma tecnología que usaba para conectar con nuevas amistades en un país desconocido sería el principio de su tragedia. 

A través de una aplicación de citas para personas del mismo sexo, fue contactado por un joven hombre que tejió una telaraña perfecta de engaños. Lo invitó a salir, le ofreció sonrisas, confianza, y cuando Alessandro se sintió seguro, lo condujo hasta el barrio San José de El Pando. 

Allí, lejos de las luces del centro y de toda ayuda, comenzaron las horas más oscuras de su vida: golpes, amenazas y una sustancia extraña que le robó la conciencia. Lo obligaron a abrir sus cuentas bancarias y entregarlo todo. Pero en el violento forcejeo, algo salió mal. Alessandro cayó sin vida en medio del horror que sus agresores ya no pudieron controlar.

La escena posterior parece sacada de una pesadilla. En un inmueble abandonado de San José de El Pando, la Policía encontró rastros de sangre, evidencia de que allí fue donde el cuerpo del científico fue desmembrado. 

Los investigadores descubrieron que no fue un crimen planeado para enviar un mensaje, sino una maniobra desesperada para ocultar su error. Cortaron el cuerpo en partes, lo embalaron en maletas y bolsas, y lo dispersaron por diferentes zonas de la ciudad, creyendo ingenuamente que así borrarían sus huellas. 

La investigación, sin embargo, avanzó rápido: hasta el momento se realizaron cuatro allanamientos y cuatro sospechosos fueron identificados, incluyendo una mujer que, al parecer, tiene en su poder el celular de la víctima, pieza clave para reconstruir sus últimas horas.

Última Hora Magdalena conocio que hoy, mientras una persona ya se encuentra bajo custodia policial, el caso de Alessandro Coatti estremece a toda Santa Marta. 

Un viaje que prometía una exploración terminó en un crimen brutal, motivado por la codicia y la traición. La ciudad, que apenas empieza a comprender la magnitud del horror, exige justicia. 

Alessandro no era solo un visitante: era un hombre que había confiado en la bondad desconocida. Su historia, teñida de sangre y dolor, es ahora una herida abierta que ninguna distancia podrá cerrar.

Tomado de última hora Magdalena