Rumbas clandestinas en ciudades donde los casos de contagio por coronavirus se multiplican cada día... Qué nos pasa? O no estamos conscientes de la gravedad de la pandemia o sencillamente nuestro egoísmo nos gana la partida.
Con el Sars-Coronavirus2 conocido como COVID19 el mundo enfrenta la peor emergencia sanitaria desde la Gripe Española de hace un siglo, que en solo un año mató alrededor de 50 millones de personas. Y es que cada tanto la humanidad se enfrenta a enfermedades de origen bacteriano o viral para las cuales no esta preparada y cuya letalidad, contagio e incidencia son mayores a lo normalmente esperado. Así ha pasado con la Peste Negra o bubónica (Siglo XIV), la Viruela (Siglo XVIII), el Cólera (Siglo XIX) e incluso con el VIH-SIDA a finales del siglo XX, por mencionar sólo algunas.
Por Ricardo Montenegro*
Con el Sars-Coronavirus2 conocido como COVID19 el mundo enfrenta la peor emergencia sanitaria desde la Gripe Española de hace un siglo, que en solo un año mató alrededor de 50 millones de personas. Y es que cada tanto la humanidad se enfrenta a enfermedades de origen bacteriano o viral para las cuales no esta preparada y cuya letalidad, contagio e incidencia son mayores a lo normalmente esperado. Así ha pasado con la Peste Negra o bubónica (Siglo XIV), la Viruela (Siglo XVIII), el Cólera (Siglo XIX) e incluso con el VIH-SIDA a finales del siglo XX, por mencionar sólo algunas.
Traigo a cuento lo anterior para ilustrar que no estamos ante una situación nueva, y llamar la atención de un mundo contemporáneo acosado por la inmediatez y el lucro, que suele desestimar las lecciones de la historia y pensar que todo lo que sucede en el presente es obra de un destino manipulado por grandes intereseses económicos y políticos.
Quizás sea ello lo que motive la oledada de desinformación alrededor del COVID19, la alta incredulidad sobre las consecuencias catastróficas que podríamos enfrentar en un planeta globalizado y la indisciplina social de varios segmentos de la población que prefieren sencillamente ignorar las medidas sanitarias de aislamiento que han tenido que implementar los gobiernos.
Ya aterrizando en nuestra realidad tropical, Colombia a la fecha mantiene una curva ascendente en registros de contagio y fallecidos. Después de dos meses de estrictas medidas sanitarias enfrenta adicionalmente retos como mantener funcionando a la economía y en sus hogares a la ciudadanía.
Los medios de comunicación han registrado la violación de la cuarentena, algunas veces amparadas en la necesidad justa de trabajar para conseguir el sustento diario y otras con motivos tales como el aburrimiento o en el deseo de solventar inminentes necesidades carnales.
CANSADOS DE ESTAR EN CASA DECENAS DE MILES DE CIUDADANOS ESTÁN SALIENDO A SATISFACER SUS NECESIDADES LABORALES, DE SOCIALIZACIÓN Y HASTA SEXUALES.
La "rica y sensual orgy-party" como se promocionó hace algunos días por whatsapp a una práctica de sexo grupal gay en Cali, la fiesta sexual entre tripulantes, prostitutas y comerciantes en la embarcación "Susurro" en San Andrés islas, y el caso las parejas heterosexuales pilladas en moteles y fincas de Villavicencio, Medellín, Cali y Bogotá; más los 600 comparendos por infracciones en rumbas del último fin de semana en Cartagena son la evidencia de actividades sexuales clandestinas acompañadas de licor y drogas que han sido descubiertas por la policía.
Y SI A ELLO LE SUMAMOS LOS CULTOS CRISTIANOS, LAS RUMBAS EN LAS CHICHERÍAS, LOS FUNERALES MASIVOS Y HASTA LOS JUEGOS DE GOLF NO AUTORIZADOS OBSERVAMOS QUE HAY UNA MÍNIMA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD.
Lo anterior sería por decir "pasable" si no estuvieran poniendo en riesgo su vida y la vida de los demás. Mientras no se descubra una vacuna, que seguramente tardará varios meses o años y que algunos influenciados por la teoría conspirativa no se se van a querer poner, lo único que nos queda - como nos enseña la historia - es mantener las medidas de higiene estricto, de contacto personal mínimo y el cierre temporal de las aventuras sexuales... NO HAY DE OTRA, ES ESO O ENFRENTAR CON LA MUERTE LAS CONSECUENCIAS DE NUESTRA DESOBEDIENCIA E INSOLIDARIDAD.
Bogotá DC 27.05.2020
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