82.000 personas se reúnen en la manifestación del Orgullo en Taipéi, según los organizadores
Un grupo de japoneses, en la celebración del Orgullo en Taipéi (Taiwán). RITCHIE B. TONGO EFE
Bajo una lluvia tímida miles de taiwaneses se han lanzado a la calle para mostrar su apoyo a la comunidad LGBT. La marcha ha servido como altavoz a la propuesta de enmienda al Código Civil presentada el pasado lunes por el partido en el poder, la cual permitiría la unión entre personas del mismo sexo. 82.000 personas han participado en la celebración en Taipéi, según los organizadores. Si la medida sale adelante, el Gobierno de Taiwán se convertiría en el primero del continente asiático en legalizar el matrimonio gay.
“Todavía recuerdo que en 2004 solo había unas mil personas”, cuenta Freddy Lim mientras camina junto a los más de ochenta mil participantes que han salido a celebrar el Orgullo en Taipéi. El miembro del Yuan Legislativo (Parlamento de Taiwán) y fundador del Partido Nuevo Poder (PNP) señala lo rápido que está avanzado Taiwán en materia de igualdad: “varios gobiernos locales y compañías privadas ya han empezado a implementar medidas relacionadas con el matrimonio igualitario por sí mismos. A pesar de que las administraciones locales ya han aprobado el registro civil de uniones entre el mismo sexo, esto no es suficiente. Tenemos que aprobar la ley en el Gobierno Central”.
El Partido Democrático Progresista (PDP) –la fuerza que ostenta el poder en Taiwán- presentó el pasado lunes una propuesta de enmienda al artículo 972 del Código Civil. La medida cambiaría, entre otros términos, “hombre y mujer” por “las dos partes” en la descripción de aquellos que se comprometen en matrimonio. Los cambios permitirían a las parejas del mismo sexo casarse, adoptar hijos y disfrutar de derechos matrimoniales, aseguró la legisladora que dio a conocer el proyecto, Yu Mei-un, en rueda de prensa.
El mismo día el PNP de Lim también mostró su apoyo a la unión entre personas del mismo sexo e informó sobre su intención de presentar medidas similares. Incluso un miembro del conservador Kuomintang ha dado a conocer un proyecto que busca el mismo fin.
A pesar del apoyo popular, Taiwán todavía tendrá que esperar al año que viene para ver si el matrimonio entre personas del mismo sexo se legaliza finalmente. En estos momentos más de la mitad de legisladores del Yuan Legislativo aprueba la medida, lo cual justifica la euforia que se ha vivido durante la celebración del Orgullo.
No es la primera vez que Taiwán intenta aprobar el matrimonio gay; en el pasado varias administraciones buscaron el mismo fin a través de otras propuestas de enmienda y proyectos de ley, pero ninguna llegó a buen puerto. “A pesar de que la gente, e incluso la presidenta, han expresado su apoyo al matrimonio igualitario, la oposición de la alianza de grupos religiosos por el amor de las familias todavía es muy fuerte”, apunta Juan Mei-ying, de la asociación de apoyo al colectivo LGBT Tongzhi hotline. La alianza que menciona Juan lleva años intentando bloquear la unión entre personas del mismo sexo en nombre de la familia tradicional.
El PDP ha mostrado su apoyo al matrimonio gay en varias ocasiones. La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, es una firme defensora de las políticas que promueven la igualdad. “Tanto la doctora Tsai como el vicepresidente, Chen Chien-jen, un pío católico, mostraron su apoyo a la igualdad de género ya antes de las elecciones presidenciales de 2016”, declara Cristian C. T. Lin del Departamento de Asuntos Internacionales del PDP.
Esta misma mañana la presidenta reafirmaba su apoyo a la causa con un mensaje en Facebook, advirtiendo a la vez sobre las dificultades a las que se enfrenta la legalización del matrimonio gay: “Creo que en el futuro todos los legisladores podrán expresar libremente sus pensamientos sobre las enmiendas de acuerdo con sus creencias, valores, juicios y opinión pública. Cualquiera que sea el resultado, respetaré lo que decida el Yuan Legislativo”.
Pertenecer al colectivo LGBT en Taiwán está visto como algo normal hoy en día. Para una democracia tan joven –las primeras elecciones tuvieron lugar en 1996—, el camino hacia la aceptación de esta comunidad ha sido relativamente rápido. “Cuando se inició esta marcha por la igualdad de género hace 14 años, ser homosexual aún era tabú en Taiwán, ni mucho menos hablar o pensar sobre la legalización de la unión entre ellos o ellas. Pero hoy estamos empujando para que el matrimonio entre personas de todos los sexos sea una realidad legal”, apunta Lin al respecto.
En el día del Orgullo, la bandera arcoíris ha ondeado en el ayuntamiento de Taipéi. El reportero de la CTV (China Television Company) Wu Po-kuan es uno de los miles de ciudadanos de la capital que se ha echado a la calle para celebrar la diversidad de la ciudad. “En muchos países asiáticos, los derechos de los gais no son considerados en políticas públicas ni son discutidos nacionalmente”, indica Wu sobre todo lo que queda por hacer en el continente y añade que en Taiwán “los valores tradicionales de la familia Han todavía dominan la opinión pública. Para la mayoría de la gente mayor todavía es difícil aceptar a los gais”.
Taiwán es un oasis dentro del continente asiático en términos de derechos para el colectivo LGBT. Otros países de la zona tienen legislaciones muy restrictivas para esta comunidad, con penas que van desde condenas de cárcel (Myanmar, partes de Indonesia…) hasta la muerte por lapidación (Brunéi).
La lucha por alcanzar el matrimonio gay en Asia ha encontrado en la joven democracia taiwanesa su mayor aliado. “En la última década Taiwán ha trabajado duro en la construcción de un canal de conversación que permitiera diferentes voces. Habiendo sido dejado atrás por gobiernos locales, empresas y ciudadanos, nuestro Gobierno Central no puede permitirse seguir en esta situación. Ha llegado el momento de terminar el trabajo”, señala Lim mientras sigue su marcha en el Orgullo.
Tomado de http://internacional.elpais.com/
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