El papa Francisco se ha reunido en la Ciudad del Vaticano con seis víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero y se ha expresado con un "lenguaje muy duro" contra esas agresiones, ha informado la Santa Sede.
Las seis víctimas -tres hombres y tres mujeres cuyas identidades no han sido facilitadas- han asistido a una misa celebrada por el Pontífice en su residencia, la casa Santa Marta. Después, el papa Bergoglio se ha reunido en privado con cada uno de ellos y ha mantenido una conversación asistido por un intérprete, según ha indicado a la prensa el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
"Es un paso importante en un camino positivo de saneamiento y reconciliación para el futuro", ha declarado Lombardi, quien ha contado que las víctimas son dos ciudadanos alemanes, dos ingleses y dos irlandeses. Todos ellos llegaron al Vaticano el domingo, cuando ya vieron al Papa argentino, que se reúne por primera vez con víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero.
Tolerancia cero
Francisco se comprometió desde su llegada al trono de Pedro a luchar contra la pederastia y puso en marcha una comisión para la protección de la infancia de la que forma parte una víctima, la irlandesa Mary Collins. El hecho de que incluya en el primer grupo que recibe dentro del Vaticano a víctimas de nacionalidad irlandesa es una manera de comunicar su cercanía y solidaridad a uno de los países más afectados por el fenómeno de los curas pedófilos, que tanto ha desprestigiado a la Iglesia en los últimos años.
El tema de los abusos sexuales a menores cometidos durante décadas por sacerdotes es el más delicado y complejo para la jerarquía de la Iglesia católica. La comisión para la protección de los menores, creada en marzo pasado por Francisco, se reunió este domingo para evaluar las medidas a tomar. El cardenal estadounidense Sean O'Malley, que preside la comisión, subrayó en mayo pasado la voluntad de elaborar "procedimientos claros" para que todos los culpables, a todos los niveles, "respondan por sus actos".
Respetando la línea de su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, Francisco ratificó la orden de "tolerancia cero" sobre este asunto. En octubre de 2013, el Papa destituyó a un obispo irlandés, William Lee, que en 2010 reconoció haber protegido a un sacerdote pedófilo.
Miles de casos sólo en la última década
Pese a esos gestos, las asociaciones de víctimas consideran que la Iglesia no está haciendo todo lo posible para impedir que sacerdotes abusen sexualmente de menores de edad en todo el mundo. Un grupo de activistas mexicanos envió el jueves una carta al Papa en la que pide "decisiones estructurales" para acabar con los curas "abusadores". La carta denuncia los "espacios de protección e impunidad que permite a los abusadores seguir cometiendo delitos", pues sus casos son procesados únicamente en el interior del Vaticano, bajo extremo hermetismo y con una pena máxima que "se limita al cese de sus funciones".
El objetivo de la carta al Papa es que las buenas intenciones que ha expresado se "coagulen" en normas específicas, explicó en México José Barba, un exlegionario de Cristo de 75 años, víctima del abusador Marcial Maciel, el fallecido fundador de la poderosa congregación, protagonista del mayor escándalo de pedofilia de la institución, quien gozó durante décadas de la protección de Juan Pablo II.
En mayo pasado Francisco advirtió de que los obispos "no tendrán privilegios" con respecto a los crímenes de abuso sexual. El pasado 27 de junio, el exnuncio apostólico en República Dominicana, el polaco Jozef Wesolowski, fue sancionado de manera ejemplar al perder su condición de religioso después de que fuera condenado por pederastia por un tribunal eclesiástico. Se trata de la primera vez que el Vaticano expulsa por pederastía del sacerdocio a uno de sus embajadores, tras lo cual un tribunal va a procesarlo, por lo que podría ser condenado como ciudadano de la Santa Sede a pagar su delito en una cárcel.
Las autoridades del Vaticano informaron a principios de este año a la ONU que los fiscales de la Santa Sede han examinado 3.420 casos de abusos sexuales a menores cometidos en la última década. Por esos casos, 848 curas fueron obligados a colgar los hábitos y a los 2.572 restantes se les obligó a "vivir una vida de rezo y penitencia" en un monasterio, un castigo que para las asociaciones de víctimas resulta insuficiente.
TOMADO DE: http://sevilla.abc.es/
0 comentarios :
Publicar un comentario