Estamos en un momento único en la historia de la epidemia del SIDA.
Tres décadas de un firme apoyo de la comunidad, de investigaciones, y de servicio han puesto al mundo al borde de un escenario impensable unos años atrás: la posibilidad de comenzar a ponerle fin a la epidemia del SIDA en esta era. Las pérdidas han sido incalculables; las ganancias extraordinarias. Pero ahora, a través de nuevos avances científicos y de conquistas sociales, políticas y en el ámbito de los derechos humanos, hemos descubierto que es posible armar y ofrecer un conjunto de estrategias comprobadas que, a escala, pueden cambiar el rumbo del SIDA.
sábado, 28 de julio de 2012
CAMBIANDO EL RUMBO JUNTOS: DECLARACIÓN PARA TERMINAR CON LA EPIDEMIA DEL SIDA
Seguimos necesitando una cura y una vacuna. Pero debemos ampliar nuestros recursos y esfuerzos usando las herramientas con las que contamos hoy para frenar dramáticamente las nuevas infecciones y mejorar la salud de millones de personas con VIH/SIDA. Se salvarán millones de vidas.
Cambiar el rumbo en contra de la epidemia del VIH/SIDA demandará un liderazgo coordinado en todos los niveles de los gobiernos, en los sistemas de salud y en las organizaciones académicas y no gubernamentales. Debemos esforzarnos para conseguir métodos multidisciplinarios que respeten y defiendan los derechos humanos y la dignidad de las personas afectadas por esta epidemia. El objetivo de comenzar a ponerle fin a la epidemia del SIDA es ambicioso, pero se puede lograr. Está a nuestro alcance. LA DECRACIÓN
Para cambiar el rumbo juntos debemos:
1. Aumentar las nuevas inversiones específicas. Podemos salvar vidas, evitar las infecciones y reducir el costo global de la epidemia con un aumento inmediato y estratégico de las inversiones. Un mayor progreso exigirá compromisos de financiamiento acorde de donantes locales y globales, incluso de los gobiernos de países de todo el mundo.
2. Asegurar la prevención, el tratamiento y la atención del VIH basados en la evidencia de acuerdo con los derechos humanos de quienes corren un mayor riesgo y tienen más necesidades. Esto incluye hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, individuos transgénero, personas que usan drogas, mujeres vulnerables, personas jóvenes, mujeres embarazadas que conviven con el VIH, y trabajadores del sexo, como también otras poblaciones afectadas. Nadie puede quedar excluido si queremos lograr nuestro objetivo
3. Poner fin al estigma, la discriminación, las sanciones legales y al abuso de los derechos humanos contra personas que conviven con el VIH y contra las que están en riesgo. El estigma y la discriminación obstaculizan todos nuestros esfuerzos e impiden que brindemos los servicios esenciales
4. Aumentar notablemente los análisis del VIH, el asesoramiento y la articulación de los servicios de prevención, atención y apoyo. Todas las personas tienen derecho a conocer su estado del VIH y de recibir el tratamiento, la atención y el apoyo que necesitan
5. Brindar tratamiento a todas las mujeres embarazadas y en etapa de lactancia que conviven con el VIH y terminar con la transmisión perinatal: podemos apoyar a las mujeres para que permanezcan vivas y en buen estado de salud y para terminar con las infecciones perinatales por el VIH
6. Ampliar el acceso al tratamiento antirretroviral a todos los que lo necesitan. No podemos terminar con el SIDA hasta que la promesa del acceso universal sea una realidad.
7. Identificar, diagnosticar y tratar la tuberculosis. Implementar programas de prevención de la tuberculosis a través de servicios integrados para el VIH y la tuberculosis. No más vida con el VIH pero muerte con la tuberculosis.
8. Acelerar las investigaciones sobre nuevas herramientas para el tratamiento y la prevención del VIH, incluidos métodos novedosos como la profilaxis preexposición (PPRE) y los microbicidas, y sobre el acceso óptimo a lo que sabemos que funciona, desde el uso de condones hasta el tratamiento y la prevención. Profundizar las investigaciones para encontrar una vacuna y una cura. La investigación es fundamental para salir de la epidemia.
9. La movilización y la participación significativa de las comunidades afectadas deben estar en el centro de las respuestas colectivas. El liderazgo de las personas directamente afectadas es fundamental para una respuesta eficaz frente al VIH/SIDA.
Los desafíos por delante son grandes, pero el costo de fallar lo será más. Hacemos un llamado a todos los ciudadanos implicados de la comunidad global, con espíritu de solidaridad y acción conjunta, y con el máximo compromiso de la comunidad de personas que conviven con el VIH, a que reclamen más determinación para expandir la lucha global contra el SIDA. Debemos actuar de acuerdo con lo que sabemos. Debemos comenzar a ponerle fin al SIDA, juntos.
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