Nota del Autor del Blog. EN UN ACTO DE REPUDIABLE DOBLE MORAL LA IGLESIA CATÓLICA GUARDA SILENCIO SOBRE ABUSOS DE CURAS PEDÓFILOS AL TIEMPO QUE CONDENA LA POSIBILIDAD BIOLÓGICA Y LEGAL DE HOMOSEXUALES PARA CRIAR HIJOS. Ricardo Montenegro-Vásquez
Agencia EFE, Abril 16 de 2011
Los sermones de la Iglesia católica colombiana durante esta Semana Santa irán dirigidos a insistir en el rechazo a que las parejas homosexuales puedan adoptar niños, según un mensaje de la Conferencia Episcopal conocido este sábado.
"Los católicos nos oponemos a que los menores de edad puedan ser confiados en adopción a parejas conformadas por personas del mismo sexo y rechazamos una eventual decisión de la Corte Constitucional en este sentido", dice el mensaje, firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) y arzobispo de Bogotá, monseñor Rubén Salazar.
El texto está dirigido "a los fieles católicos y ciudadanos de buena voluntad", y reitera la posición tradicional de la Iglesia, solo dos días después de que la Corte Constitucional colombiana reconociera en sala plena el derecho de los homosexuales a heredar el patrimonio de su pareja, tras estudiar una demanda sobre el tema.
Como recuerda monseñor Salazar en su mensaje, ese alto tribunal tiene pendiente "para las próximas semanas" el estudio de otras demandas favorables al matrimonio homosexual y al derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar niños.
"No hay lugar a equívocos: nuestros menores tienen derecho a nacer, educarse y crecer en el seno de una familia conformada por un padre y una madre, de sexos biológicamente diferentes y complementarios", argumenta Salazar en el mensaje de rechazo a la adopción por homosexuales.
Luego añade que "la adopción no es un ''derecho'' de los adoptantes, sean estos homosexuales o no, sino una medida en beneficio del menor".
Además, según el arzobispo de Bogotá, "la inmensa mayoría de los colombianos se han manifestado contrarios a la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo".
Y "existen serios estudios avalados por la comunidad científica que ponen en evidencia dudas y reservas sobre la idoneidad de las parejas homosexuales para brindar a los menores de edad un óptimo espacio de desarrollo psicoafectivo y de integración social", apunta.
Por último, monseñor Salazar invita a la Corte Constitucional a tener en cuenta "estos argumentos" a la hora de analizar las demandas a favor del matrimonio y la adopción por homosexuales, para tomar una decisión "plenamente conforme a los valores ciudadanos y constitucionales".
EFE
El sacerdote acusado de abusar de 200 niños sordos en una escuela cerca de Milwaukee, en el Estado de Wisconsin, utilizó una casa de campo familiar, en la localidad de Boulder Junction, para cometer parte de sus abusos y podría haber seguido con ellos allí tras su jubilación. El padre Lawrence Murphy, que en 1974 fue forzado a retirarse sin que sus superiores informaran de sus delitos a la policía, se refugió entonces en esa misma residencia donde había atraído a niños para abusar de ellos, según ha revelado el diario The New York Times, citando documentos internos de la Iglesia Católica.
Esto demuestra que Murphy no solo abusó de cientos de menores de la escuela para niños sordos, lo cual ocurrió entre 1960 y 1974, sino posiblemente de otros. Dos personas de la región Northwoods, donde se encuentra la casa, han acusado al cura de abusos: uno en la propia vivienda y el otro en un centro de detención juvenil cercano, ocurrido en 1978.
Julie Wolf, portavoz de la Archidiócesis de Milwaukee, ha explicado que al religioso se le impusieron algunas restricciones después del escándalo de 1974, entre otras, la de no tener contacto con niños, pero el sacerdote "las ignoró": "Trataron de convencerle a lo largo de los años, pero sin éxito", añadió. De hecho, Murphy interactuó libremente con niños (en clase de Religión en el instituto e, incluso, en excursiones al aire libre) hasta su muerte en 1998.
El caso de Murphy ha salpicado al Vaticano, inmenso en una marea de denuncias por abusos protagonizados por sacerdotes y después de que el propio The New York Times sacara a la luz unos documentos que dicen que el Papa conoció este caso en 1996, cuando dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pocos meses después ordenó a los obispos comenzar un juicio canónico secreto que podía haber llevado a la expulsión de Murphy. Pero el ahora Secretario de Estado en Roma, Tarcisio Bertone, detuvo aquella orden. Escribió a Ratzinger pidiéndole que dejara morir a Murphy en paz. Aquella petición refleja cierta tensión entre el obispado local y el Vaticano. Según el Times, los responsables de la Archidiócesis de Milwaukee fueron los que impulsaron que el Vaticano actuara contra Murphy.
Pero el Vaticano argumentó que el sacerdote había mostrado "una aparente buena conducta" desde que dejó la escuela para niños sordos. Sólo en apariencia. Donald Marshall, que ahora tiene 45 años, sostiene que el sacerdote intentó tocarle los genitales en 1978, cuando tenía 14 años y pasaba sus días en un centro de detención de menores que visitaba Murphy como obra de caridad.
Marshall asegura que cuándo relató el suceso a uno de los responsables del centro, este le dijo que había habido más quejas contra el sacerdote y que las autoridades eclesiásticas habían sido informadas. Finalmente, presentó una demanda contra la archidiócesis el año pasado.
En otra carta enviada en 2002 al obispo Raphael Fliss, un profesor de 52 años acusó a Murphy de haber abusado de él en su cabaña junto al lago cuando era monaguillo. Pedía 25.000 dólares de compensación. El pasado martes, el arzobispo Jerome Listecki dijo durante una misa: "Los errores no los cometieron en Roma en 1996, 1997 y 1998; los errores se cometieron aquí, en la Archidiócesis de Milwaukee, en los setenta, los ochenta y los noventa. Los cometió la iglesia, las autoridades civiles y los obispos. Y por eso, pido perdón".
EL PAÍS
Ex obispo belga admite que también abusó de un segundo sobrino
BBC, Viernes, 15 de abril de 2011
El ex obispo belga Roger Vangheluwe, que dimitió como cabeza de la Iglesia Católica en Brujas después de que hace un año hiciera público que había abusado de uno de sus sobrinos, reconoció que también lo había hecho con otro.
Vangheluwe, en su primera entrevista en televisión desde que saltó el escándalo, dijo que no se considera un "pedófilo" y calificó como "juegos" los contactos con sus sobrinos.
"No tuvo nada que ver con sexualidad. Solía tener asuntos con relación a niños y nunca sentí la más mínima atracción. Fue una cierta intimidad lo que ocurrió", dijo, al tiempo que señaló que sus sobrinos no parecían estar en contra.
"Empezó como un juego con los chicos. Nunca fue algo así como una violación, nunca hubo violencia física. Nunca me vieron desnudo y no hubo penetración".
Vangheluwe también dijo que aceptará el castigo dictado por el Vaticano, que le impuso el retiro a Francia para recibir tratamiento espiritual y psicológico después de que reconociera los abusos del primero de sus sobrinos.
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