BOXEO
Andoni vs Belcast: Músculos, miradas intensas y un beso hecho por IA que todos desearon fuera real
En la autodenominada "Velada del Año" en México, el ring vibró no solo por los golpes, sino por una tensión más difícil de esquivar que un gancho de izquierda. En el combate de fondo, Andoni, con sus imponentes 99,5 kg de músculo y testosterona, se impuso con contundencia sobre un valiente Carlos Belcast, que con 77,7 kg puso garra, técnica y corazón, pero poco pudo hacer frente a la potencia del rival.
Hasta aquí, todo parecía una típica noche de boxeo. Pero el verdadero knockout emocional vino después del último round: cuando los dos pugilistas, semidesnudos, empapados en sudor, se tomaron la mano en un gesto de "Bros", se miraron fijamente y se fundieron en un abrazo previo al cual el ganador por decisión Andoni le dice a Carlos que le agradece por estar en su vida, y que lo quiere mucho. Fue entonces cuando el público, entre risas y gritos, pidió: “¡Beso, beso, beso!”. Pero... el beso nunca llegó.
Las palabras de Andoni, la mirada de Belcast, el estadio gritandfo que se besen, quizas el mayor bromance de la velada#LaVeladaDelAñoV pic.twitter.com/EwfcOkrm4z
— Anthony (@lonnelyystar) July 26, 2025
Eso sí, Internet no perdona. Y mucho menos reprime su imaginación. Minutos después, una imagen retocada con inteligencia artificial hizo lo que el público tanto anhelaba: viralizó un beso que nunca ocurrió, pero que todos querían ver. La falsedad de la inteligencia artificial puede ser comprobable en la velocidad y el salto en la aproximación y en las manos de los boxeadores que cambian de tener vendas a tener guantes.
Las redes ardieron. “Ese debía haber sido el verdadero final del combate”, comentaban algunos. Otros, más atrevidos (y con menos filtros), sentenciaron: “ese combate debía haberse resuelto en la cama, no en el ring”.
Más allá del morbo, lo cierto es que la química entre Andoni y Belcast hizo que millones en redes hablaran del combate no solo por sus puños, sino por ese subtexto homoerótico que ni el mejor guionista de novela mexicana habría planeado. ¿Es solo camaradería o una historia de amor entre guantes? No lo sabemos, pero aquí estamos... escribiendo de ellos, fantaseando un poco, y celebrando que hasta el boxeo —ese bastión tradicional de la masculinidad ruda y tóxica— también puede haber espacio para el amor y ponerse cariñosamente queer.