UN GRAN ANFITRIÓN SIEMPRE LOGRA SUS PROPÓSITOS
No basta con decir "bienvenido siéntete como en casa" para ser recordado como el mejor anfitrión.
Realizar reuniones sociales o de negocios en tu hogar sirve para fortalecer lazos, ampliar tu red de contactos e impulsar proyectos personales o empresariales. Hacer que los asistentes pasen un rato agradable y conseguir el mayor provecho del espacio planteado tendrá como retribución el enriquecimiento de tu nivel de vida.
Por ello, tienes que prever cada detalle evitando que algo salga mal. El lugar, la música, el licor y la comida, generan la complicidad necesaria para el disfrute de un buen rato. Seleccionar tapas, programar la música adecuada, preparar nuevos y desconocidos cócteles marcan la diferencia cuando de éste tipo de espacios se trata.
Cuando realices un ágape debes tener en cuenta a quién invitas y para qué. No olvides recibir y despedir en la puerta a tus invitados, presentarles con las personas que no conozcan diciendo a qué se dedican y cual es tu relación contigo.
Eres tu quien debe "romper el hielo" con el fin de los extraños entren en confianza; muestra interés por todo lo que hablan y aporta elementos que den un giro a la conversación cuando lo consideres necesario. Llevar la iniciativa en la charla te ayuda a que la misma sea de dominio general. Nada más aburridor en éste tipo de reuniones que alguien monopolice la palabra con un lenguaje técnico o desconocido para el resto.
Desinhibidos los invitados se predispondrán a un intercambio ameno que de seguro generará los resultados planteados y para ello el alcohol es un buen cómplice. La selección del licor debe ser la adecuada: vinos, whiskies de buena marca, cocteles con vodka son particularmente las opciones preferidas.
El secreto del buen anfitrión es no pretender abarcar más de lo que se puede. Para reuniones de hasta diez personas y dependiendo de la confianza puedes manejar el escenario solo. Si son más, se recomienda contratar la ayuda de un profesional. Siempre en las grandes ciudades hay empresas dedicadas al servicio de atender reuniones entre particulares.
Si el tema es formal, es de buen recibo la opción de tener un chef para que prepare a la vista de los invitados una exquisita cena y meseros que la sirvan. Dependiendo del grado de confianza podría ser divertido que los comensales ayuden en la preparación de la comida, logrando que los mismos se sientan más cercanos al dueño de casa.
Recuerda que una reunión participativa donde todos tengan algo que decir o hacer, es un éxito presente y futuro.
Por Redacción OrgulloLGBT
Ricardo Montenegro-Vásquez, Editor
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