Tomó aproximadamente una semana para que Leonardo Arias Jiménez, miembro de una banda dedicada a asaltar a hombres gais, se ganara la confianza de Guillermo Garzon, la suficiente como que para este lo invitara a su apartamento en el norte de Bogotá. El resultado fue mortal para Garzón, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en su vivienda el pasado 17 de Noviembre, con signos de tortura.
El caso de Guillermo Garzon tuvo notoriedad publica debido al eco mediático que hicieron sus conocidos en los medios de comunicación y por su pasado como activista en favor de los derechos de la población LGBTI. Desde políticos, prensa LGBT, organizaciones de activismo llamaron a un pronto esclarecimiento del hecho y que no quedará consignado en los archivos como un crimen pasional más, tanto así que la Fiscalia General de la Nación hizo un pronunciamiento oficial sobre la relevancia que tenia el caso para ellos.
Los vídeos de seguridad del edificio donde vivía Garzon permitieron identificar a los presuntos responsables de este asesinato. Tras 15 días de darse a la fuga, las autoridades lograron capturar a dos de ellos: Leonardo Arias Jimenez y Miguel Hernando Vasquez Buitrago, alias "el cojo", llamado así por su dificultad para caminar.
El modus operandi de esta organización criminal es el mismo empleado por grupos de naturaleza delictiva similar. Usaban redes sociales especificas para hombres homosexuales como Manhunt y Grindr, debido a la facilidad con que era posible concertar encuentros. Se aprovechaban de la apariencia de Arias para poder atraer a otros hombres. Sus victimas tenia perfiles similares: Hombres mayores de 30 años, que vivieran solos. Después de concertada la cita y Arias hubiera ingresado al domicilio de su victima, se cercioraba de la solvencia económica de su desprevenido anfitrión y notificaba a sus compañeros para que ingresaran al lugar. En muchos casos se lograba un vinculo de confianza tal con sus victimas que estas autorizaban en portería el ingreso de varias personas sin importar la hora.
De igual manera se supo que otra manera de actuar era la de frecuentar ciertos establecimientos para el publico homosexual donde hacían una actividad de seguimiento y reconocimiento para establecer a sus potenciales victimas, enfocándose particularmente en aquellas que se encontraban solas o con poca compañía, aprovechándose además de los niveles de alcoholismo en que estas se pudieran encontrar.
En el caso de Garzon, cuyo contacto con sus agresores inicio a partir de un chat gay, cinco hombres entraron a su vivienda con la ayuda de Arias, quienes lo amordazaron y amarraron con cinta causándole una asfixia mecánica, según el reporte de Medicina Legal, además de golpes que recibió en varias partes de su cuerpo. Robaron tarjetas, computadores portátiles, joyas, entre otras cosas, todo avaluado en una suma promedio de 10 millones de pesos. Su cadáver fue encontrado por sus familiares tres días después del asesinato. Según declaraciones de los familiares, en el vídeo de seguridad se ve incluso como algunos de los delincuentes salen con ropa de la victima puesta.
Al ser detenidos el pasado fin de semana, Arias Jiménez y Vasquez Buitrago, amigos desde hace unos diez años, aceptaron su participación en el hecho y afrontan cargos por homicidio agravado y hurto calificado, delitos que podrían representarles entre 25 y 30 años de cárcel. Se ha determinado que esta banda lleva al menos cuatro años dedicándose a buscar victimas por internet para ejecutar sus robos. Incluso, el día anterior al asesinato de Guillermo Garzon, habían ingresado a otro apartamento llevándose dinero en efectivo y un carro. La victima de este hecho identifico a alias el "Cojo" en los vídeos de seguridad que se hicieron públicos.
Todos los integrantes de la banda tienen antecedentes criminales, por ejemplo, Arias fue condenado en el 2008 por el asesinato de un miembro de la fuerza publica, fue condenado a seis años y recibió el beneficio de detención domiciliaria. Otros tres implicados en el crimen siguen prófugos de la justicia. La policía aún trata de establecer que otras victimas asesinadas bajo esta modalidad y que hacen parte de las estadísticas de crímenes sin resolver del CTI y la Fiscalia, pueden ser responsabilidad de esta banda.
Este incidente ha permitido de nuevo hacer un llamado a la comunidad homosexual, respecto del sigilo, la prudencia y las medidas de seguridad básicas que deben tener al momento de establecer encuentros a través de redes sociales. Si bien muchos de estos encuentros han terminado de buena manera para las partes, la naturaleza de las mismas se ha prestado para que delincuentes quieran aprovecharse de personas crédulas y confiadas. Recae en cada persona establecer su propio código de seguridad para que ella o sus familias no tengan nada de que lamentarse posteriormente.
Tomado de http://www.menvillage.co/
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