lunes, 5 de mayo de 2025

RBD ¿Era necesario un personaje gay en Rebelde?

 


¿Era necesario un personaje gay en Rebelde?


Hace pocos días celebré mi cumpleaños con una fiesta temática de Rebelde, la serie juvenil en su versión mexicana transmitida entre 2004 y 2006 que, tal como muchas tendencias en aquellos años, forma parte de los recuerdos adolescentes atesorados por mi mente. 

Días previos a la celebración conversé con un amigo sobre esta serie y le manifesté cuánto me hubiese encantado ver un personaje gay en la novela. Mi amigo me preguntó si en realidad era necesario. Le contesté que sí, porque no había alguien en la historia con quien sentirme identificado, a pesar de haber muchos personajes que me encantaban. 

Viendo  la serie otra vez recientemente, comparándola a series más inclusivas hoy en día y revisando la amplia cantidad de personajes LGBT+ con los cuales muchos adolescentes LGBT+ pueden identificarse, encuentro que me hubiese hecho mucho bien haberlos tenido en aquellos años también.


Como es muy bien conocido, la telenovela marcó a una generación entera por sus personajes que nos daban de formas jocosas (y algunas veces no tanto) lecciones alusivas al amor propio, la amistad, el ser fiel a uno mismo, hacerle frente a las injusticias, etc. Cada historia resonaba con los dilemas y sueños de muchos jóvenes. Por eso pienso cuán bien hubiera hecho a la juventud LGBT+, especialmente los adolescentes de aquella época, haber visto sus vidas reflejadas en la trama, pero se entiende que eran tiempos distintos y la televisión latinoamericana no estaba preparada para aceptar personajes abiertamente gays, lesbianas, bisexuales y/o trans en una producción orientada a jóvenes.  


En 2022 Netflix estrenó una nueva producción basada en la versión mexicana de 2004 que incluso trajo de vuelta a algunos viejos personajes. En esta sí se incluye un personaje homosexual (o tal vez más de uno. No sé, aún no he visto la serie). Obviamente, muchos años después, con una televisión más abierta, se modernizó la trama para dar cabida a una minoría de rebeldes que estuvo en las sombras durante aquella emisión de los años dos mil. 

Desafortunadamente, lo que sí hubo en la primera emisión mexicana (nunca vi la argentina) fueron diálogos homofóbicos  a ratos, lo cual no era agradable ver, pero definitivamente debía ser peor para Cristian Chávez, quien por esos años estaba en el closet, estar grabando en el set, sobre todo las escenas en las que a su personaje se le llamó “gay reprimido”, pues Cristian era un gay reprimido en ese momento, pero vuelvo a decir: eran otros tiempos y, supongo que corrigieron eso en esta nueva serie (repito: aún no la he visto).

En el Soy Rebelde Tour de RBD en 2023, Cristian subió al escenario y dijo estar feliz de estar nuevamente con el público “y esta vez siendo yo”, refiriéndose a estar fuera del closet y mostrando su personalidad colorida y fashionista. Cristian representó entonces en ese escenario al pequeño grupo de rebeldes millenials LGBT+ que crecieron viendo la serie mientras estaban reprimidos y ahora por fin veían a alguien con quien identificarse, a una persona que pasó en la vida real lo mismo que ellos pasaban mientras veían la serie. 



Por otro lado, la generación actual de adolescentes tiene a Hearstopper, Young Royals y otros shows, lo cual marca una diferencia grande en sus vidas y, aunque a principios del milenio ya había contenido LGBT+ en televisión, no era muy amplia la oferta. De paso, eran usualmente series para público poco más adulto, disponibles en canales por suscripción a los cuales no todos tenían acceso.

Afortunadamente, hoy existe un amplio contenido LGBT+ en la televisión de casi todos los países. Las plataformas de streaming tienen su sección con contenido LGBT+ y lxs jóvenes tienen muchas opciones donde verse reflejadxs, donde ver ilustradas su forma de amar, sus historias, entre otros. 




Entonces, como parte de ese grupo de rebeldes millenials que también pertenecemos a la población LGBT+, creo que sí hubiese sido espectacular haber tenido un referente nuestro por aquellos años en los que, mientras veíamos la serie, también descubríamos nuestra sexualidad.


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