Les presento el vídeo que debería acallar el racismo contra 'La Sirenita' negra de Disney
Gran parte de la red parece seguir en sus trece. Después del rechazo que vivimos en 2019 cuando muchos usuarios se plantaron contra la elección de Halle Bailey como la versión humana de La Sirenita por el simple hecho de ser afroamericana, el revuelo continúa tras el lanzamiento del primer tráiler. Porque por más que seamos unos cuantos los que intentamos ponerle cordura al asunto ante un debate que traspira racismo por los cuatro costados, solo hay que ver los comentarios en redes para, literalmente, llevarse las manos a la cabeza.
Por eso sugiero que todos, críticos, detractores y los que apoyan la elección de la joven actriz por igual, vean el vídeo que se hizo viral como ejemplo para acallar el racismo contra la nueva película de Disney de una vez por todas. Un vídeo que emociona hasta la médula.
Creo que las imágenes lo dicen todo: un vídeo donde la emoción y entusiasmo de un grupo de niños negros descubriendo que la nueva Ariel comparte el mismo color de piel, traspasa la pantalla. Sonrisas, gritos y mucha emoción que plasman la ternura de una reacción que va más allá que la mera alegría que sentimos el resto al ver a la princesa por primera vez en acción real. Ellos transmiten sorpresa y orgullo al verse representados por una princesa Disney clásica y sin rellenarla de referencias culturales (como fue el caso de Tiana o Moana), sino simplemente diversificándola como símbolo de igualdad y después de ser testigos de la imposición imperante del héroe y heroína blanca en la mayor parte del contenido audiovisual.
@candikane__ Sienna loves Ariel #thelittlemermaid #theelittlemermaid #hallebailey #ariel #blindreact #fyp #Sienna #blackgirljoy ♬ original sound - Candie
Algo parecido al fenómeno que provocó Black Panther con la emoción contagiosa de varias generaciones de personas negras que se vieron representados, por fin, con un superhéroe con alas de blockbuster.
Viendo este vídeo se me hace más difícil todavía comprender a esos supuestos fans trinando porque la princesita del mar no es de tez blanca, ojos claros y cabello pelirrojo natural como el personaje original. Y digo supuestos porque ya no estoy segura de cuántos lo son y cuántos son enfadados de la red que critican cada cambio que se hace de un clásico cuando se trata de igualdad (como sucedió con universos tan ricos en variedad como Marvel, Star Wars, La casa del dragón o Los anillos del poder). Como si olvidaran que, para empezar, el camino de la interpretación está abierto desde que ponemos sobre la mesa que las sirenas no existen y que la película de Disney nunca fue una adaptación fiel al cuento de hadas de Hans Christian Andersen. Ni en el desarrollo de los personajes, ni en el romance con el príncipe (que en el cuento estaba enamorado de otra princesa) ni en el cruel desenlace original donde la sirena se convertía en hija del aire. Y así como 33 años después pueden reinventar la adaptación de nuevo, también pueden imponer la valía del talento sobre el color, la cultura o raza.
Halle Bailey en 'La Sirenita' © 2022 Disney Enterprises, Inc. All Rights Reserved.
Desde que saliera a la luz el tráiler resurgió en Twitter el hashtag #NoyMyAriel (algo así como No es mi Ariel), el mismo que circuló con fuerza en 2019 en rechazo a la elección de la joven intérprete. Y habiendo sida fan de La Sirenita durante toda mi infancia (y por qué no decirlo, adolescencia también conociéndome los diálogos de memoria), no comprendo el revuelo sin el paraguas del racismo. Porque puedo entender que cada uno guarde un recuerdo especial con la película original y tenga en su memoria la imagen de la sirenita pelirroja, pero no es más que eso, un recuerdo y una obra del pasado que a muchos nos marcó durante la infancia. Pero no por eso es única. Es decir, un remake es la reinvención de una historia, una vía para recuperar un relato del pasado -a veces fiel, y otras no tanto- pero eso no quiere decir que tenga que ser idéntica en todos sus aspectos.
El tráiler ya nos deja entrever que, en cuanto a música, imágenes y escenarios, han mantenido una fidelidad asombrosa para tratarse de una historia bajo el agua en acción real. Pero ¿Quién dice que Ariel tiene que ser igual que la versión animada? ¿Por qué no puede ser negra, asiática, latina o como sea que fuera la mejor elección para el personaje si el cuento, su romance y mensaje es el mismo?
El director Rob Marshall y los ejecutivos del estudio escogieron a Halle Bailey, una oriunda de Atlanta de 22 años que es cantante de R&B y fue descubierta en YouTube por Beyoncé (tiene un acuerdo con su disquera), y no a una actriz que se pareciera más a la estética dibujada para el clásico de 1989, porque sencillamente les pareció perfecta sin que su color influyera en la decisión. Como debe ser en un mundo diverso y respetuoso con nuestras diferencias.
Por otro lado, Disney ha ido adaptándose a la demanda de la diversidad e igualdad a través de todas sus sagas de éxito con personajes y representaciones de diferentes minorías. No hay más que ver la polémica de Lightyear y el beso lésbico para reconocer que han alzado la bandera del cambio de una vez por todas, o el apoyo que han brindado a los actores de Star Wars que últimamente se han visto en la cruzada de críticas y detractores por el mismo debate. Es más, desde el éxito internacional de 12 años de esclavitud, Hollywood sabe que ya no hace falta únicamente tener a un actor caucásico para hacer dinero en taquilla y que no solo hay que recurrir a Morgan Freeman, Denzel Washington o Viola Davis, para incluir representación negra. Películas como la mencionada 12 años de esclavitud , Déjame salir y Black Panther demostraron a los productores y estudios más reacios que todo era posible y que el público no diferencia entre colores cuando busca una nueva historia en cines.
De esta manera, el contar con una protagonista afroamericana en un clásico de una sirenita pelirroja responde tanto al talento de Halle Bailey como a una evolución natural de la sociedad en la que vivimos, y no a complacer a espectadores escudados en la fidelidad o la nostalgia. Después de todo, Disney sabe de sobra que el riesgo puede traducirse en una gran recompensa. Ellos mismos tardaron 55 años en atreverse con una princesa de raíces árabes cuando incluyó a Jasmín en la historia de Aladdín (1992) y tras la buena recepción llegó una nativa americana en Pocahontas (1995), una heroína asiática en Mulan (1998), la primera protagonista afroamericana en Tiana y el sapo (2009) y, por supuesto, la hawaiana Moana en 2016. Y el resultado fue redondo.
El tráiler de La Sirenita apunta alto con una introducción y presentación que promete arrasar en mayo de 2023. Me atrevería a decir, incluso, a la par que Black Panther o El rey León. Pero aún falta tiempo para descubrirlo. Sin embargo, y mientras tanto, vídeos como el que les comparto en este artículo nos colocan de frente con las caras reales de lo que esta película simboliza y representa: diversidad y reconocimiento para todos pero, sobre todo, para una generación que está creciendo con el cambio.
Por Valeria Martínez
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