Escribimos nuestra propia historia sobre renglones torcidos. Entrevista a Carla Antonelli
Por Manuel Antonio Velandia Mora
Bogotá, noviembre 26 de 2019 Carla Antonelli es posiblemente la mujer trans más importante en España y en parte de Europa. Su vida no ha sido fácil, aún hoy pretenden discriminarla, pero ella ha construido caminos no sólo para sí, sino para las demás. Sus luchas han significado ganancias legislativas para las personas trans en España y aprendizajes compartidos con las organizaciones y personas trans en otros lugares del mundo. Manuel Antonio Velandia Mora entrevista en exclusiva Carla Antonelli.
¿Carla Antonelli, por qué venir a Colombia, por qué mirar a Bogotá y por qué venir a este Centro Sebastián Romero, de atención integral a la diversidad sexual y de géneros, que es tan importante para las personas del sector LGTBI bogotanos/as/es?
Recibí una invitación de la alcaldía de Bogotá y los colectivos trans para compartir experiencias de trabajo, de lo que se ha hecho en España y también para conocer lo que se ha hecho aquí. Al final lo que se busca es crear redes internacionales y que compartamos nuestras luchas y nuestras actividades.
En general quedamos pocos dinosaurios vivos, Usted es una de esas viejas glorias que lleva muchos años de lucha en la espalda. ¿Eso ha sido muy complicado?
Al final tú miras hacia atrás y puedes ver un inmenso abismo entre ese entonces y hasta ahora, pero mirándolo desde otra perspectiva todo lo que está sucediendo, todo lo que nos ha tocado vivir, el mañana directamente lo ha conformado el hoy. Ha sido una cuestión de resistencia, de supervivencia y de resiliencia.
Ha sucedido de una forma casi inconsciente; muchas veces ni te lo planteas como una estrategia, sino que el cerebro automáticamente te iba preparando para todas las situaciones que estabas afrontando y los muros en la vida, nos iban destruyendo e ibas construyendo las escaleras necesarias para poderlos superar.
Mi vida ha cambiado desde la de aquella niña que a los 17 años aterrizó en la esquina de un parque luego de abandonar su ciudad de origen, allá por los años 70, a la mujer que soy hoy, que tiene un escaño en la asamblea de Madrid. La historia se escribe como se escribe; la historia se escribe en renglones torcidos y somos nosotras las encargadas de, a martillazos, aunque sea, escribir nuestras propias historias, las historias de supervivencia, las historias que nos han llevado hasta aquí.
Es cierto que ha recibido una invitación… ¿Cuando Usted la acepta, ¿qué es lo que la motiva para venir?
Es muy importante que transmitamos nuestras historias, aunque sea para que éstas no se vuelvan a repetir. Ese es el sentido de venir a Colombia y a otros países a los que en los que estado como México, Argentina, Chile, Cuba.
Es importante poder analizar estrategias para combatir y erradicar la transfobia y esa abominación que son los transfeminicidios. Aquí en Colombia son 22 asesinatos en lo que va corrido de este año, más otros 22 asesinatos el año pasado. Éstas cifras son tan sólo de chicas trans, son intolerables asesinatos por odio. De ahí que es importante reflexionar sobre cuáles son las principales estrategias para poder combatir todos estos crímenes. Sabemos que una de esas estrategias de la educación, que es necesaria desde la infancia para poder educar a los niños y niñas en el respeto a la diversidad y a las diferencias, porque la diversidad nos tiene que enriquecer.
El cuerpo debería ser un territorio de paz, pero en Colombia el cuerpo de las mujeres es un botín de guerra y el cuerpo trans es objeto de la represión. ¿Usted cree que existe la posibilidad de cambiar esa manera de mirar el mundo, de comprender las personas, de comprender el cuerpo y que lleguemos a comprender las personas trans como iguales?
Si yo pensara que no es posible no estaríamos luchando, no estaríamos visibilizando, no estaríamos diciendo aquí estamos y haciendo un grito de auxilio, un grito de socorro. Yo creo que es posible, es más, debemos intentarlo, debemos trabajar para ello, para lograr una sociedad de igualdad, sin diferencias; sobre todo que no haya una persecución por el hecho de ser mujer o por el hecho de ser trans.
Ya sé que es difícil. Ya sé que vivimos periodos y tiempos en los que parecen que ante la evolución involucionamos y volvemos a dar pasos hacia atrás. Sabemos que aparecen formaciones políticas de derecha que antes no existían, que aparecen movimientos reaccionarios que nos niegan, pero este la batalla. Al final nadie nos dijo que esta vida fuera fácil, sencilla; lo hicimos antes, lo seguiremos haciendo y no vamos a dejarlo de hacer ahora. Si somos positivas y recipientes, si hacemos un análisis de la noche de aquellos tiempos al presente, algo sí que se ha conseguido; puede aparecer nimio, pero hemos avanzado en igualdad, en derechos en todo el mundo aun cuando no lo quieran arrebatar. Hay matrimonios igualitarios en diferentes lugares del mundo, hay leyes integrales para la trenza sexualidad y se han echado abajo un montón de normas que desenfocaban la dignidad y los derechos de las personas transexuales.
Recientemente hemos visto en la asamblea de Madrid en unas discusiones muy acaloradas… En ellas parece observarse que el mundo va de para atrás y aun cuando parece imposible, la derecha sigue diciendo una cantidad de barbaridades…
Ahora en Madrid ha llegado un partido de la ultraderecha, ellos lo dicen para conseguir un titular; tenemos que ser conscientes de que nosotros también les damos fama, publicidad y hasta qué punto nos podemos quedar calladas. Es diferente con relación a algunos comentarios no puedes quedarte callada, pero al mismo tiempo siempre tengo que pensar qué dimensión debamos eso porque indudablemente lo que están haciendo tiene un ánimo de provocación… quieren aparecer lo más radicales posible. Con ellos nos remontamos a nuestra propia historia y a la de la humanidad reciente; a los momentos de descontento social e insatisfacción. Aparecen organizaciones ultra reaccionarias que dicen lo que quiere escuchar la gente en su desesperación y en medio meten formas que son absolutamente totalitarias y que, le apuntan a los culpables de toda la vida que son los inmigrantes, los colectivos LGTBI las personas con discapacidad; siempre se busca la culpa de alguien porque nunca jamás se ha querido reconocer que hay un problema que se ha generado entre todos y que entre todos tenemos que buscarle soluciones. Es más fácil señalar a los demás y esto conlleva los asesinatos, las discriminaciones y otras tantas situaciones de exclusión y marginalización social.
Bueno, no lleva mucho tiempo en Bogotá y tampoco va a permanecer por muchos días, pero ya tenido un acercamiento a lo que está sucediendo en este momento en Bogotá y a las lideresas trans ¿cuál ha sido su hallazgo?
El hallazgo principal es que hay ganas de quererse quitar todos estos mantos de discriminación que se llevan encima y que las administraciones públicas ofrecen una oportunidad a la que las chicas trans se aferran porque quieren salir, porque pareciera que estamos predestinadas a estar en la esquina o en un espectáculo. Pero esta no es la verdad, es tan sólo una parte de la verdad; la gente quiere estudiar, la gente quiere hacer carrera, quiere llevar una vida como el resto de la sociedad y estar en el mismo abanico diverso de profesiones.
Las nuestras son historias muy duras, así son las historias que oyes porque al final las historias pueden ser coincidentes en los diferentes lugares del mundo, pero algunas son más sangrantes; todas ellas escritas con la sangre de la discriminación.
Aquí en Colombia el conflicto armado y los paramilitares han dejado un reguero bastante importante de muertes, de discriminación y de exclusión. Hay similitudes con España y evidentemente por supuesto también hay diferencias; quedan muchos caminos por andar, se requiere más acceso de las personas a la información, a la educación universitaria. Por otra parte, también empiezan a despuntar madres y padres que acogen a sus hijos e hijas sin ningún problema, que ya no les echan de su casa como hasta hace algunos años. Son caminos que se comienzan a andar, que nos muestran un futuro posible y un futuro mejor; en conclusión, lo que he visto son muchas ganas y deseos de quitarse toda esa discriminación y exclusión y de que sí se les da una oportunidad, la toman.