Por RICARDO MONTENEGRO-VASQUEZ*
Con ánimo constructivo la MESA LGBT DE BOGOTA, viene adelantando el duro proceso de organizar la XV MARCHA POR LA CIUDADANIA PLENA DE LESBIANAS, GAYS, BISEXUALES, TRANGÉNEROS E INTERSEXUALES en la ciudad. Encontrar el sano equilibrio entre lo que se pretende como lucha de un sector poblacional discriminado que requiere reivindicaciones políticas, lo que exigen las autoridades como norma de conducta, lo que esperan los espectadores y lo que quieren los marchantes no es sencillo, ni fácil.
Recientemente, los nuevos liderazgos surgidos de procesos sociales de ésta instancia -que se reúne todos los miércoles del año- han recibido críticas por una serie de recomendaciones (que no imposiciones) de conducta a los marchantes y la concertación de una vocería tripartita. Los más virulentos ataques provienen de viejos activistas, que desde la comodidad de su “independencia” dictan cátedra y eclipsan la posibilidad de avistar otras caras distintas a las suyas. Esos mismos, los que ahora critican, son quienes se desviven por “mojar prensa” para ganar espacios nacionales e internacionales de representación que benefician SUS proyectos de contratación particulares; se niegan a participar activamente en igualdad de condiciones en la organización del sector poblacional, PERO SI PRETENDEN SER ETERNAMENTE agradecidos por lo que en su momento hicieron y subirse en la tarima cada vez que hay una Marcha o una Gala a demostrar falsas modestias.
Tocaba decir lo anterior, porque los conceptos se toman de quienes provienen. La MESA LGBT de Bogotá articula acciones como la Marcha con el fin de ganar espacios políticos que modifiquen el imaginario colectivo, las conductas sociales y la legislación. Para ello, resulta fundamental la visibilización y formación de nuevos referentes y mejores liderazgos que conlleven eventualmente a la conformación de una comunidad fuerte y unida en torno al interés superior que es la IGUALDAD EN DERECHOS... Y DEBERES.
Para quienes están en la administración como responsables de un evento público masivo su interés es el mismo aquí, en Madrid o en Cafarnaum, y es que se desarrolle la actividad con el mínimo de dificultades posibles y con la menor confrontación entre los diferentes componentes de la ciudadanía, esa misma, a la que pedimos garantía a nuestros derechos desde la civilidad.
Una Alcaldía tan solidaria con nosotros, como cuestionada por sus acciones y con el sol a las espaldas, es la que como garante de la tranquilidad ciudadana y el orden público aspira que en éste o cualquier evento masivo se cumpla la ley, y que se observen las normas mínimas de seguridad, que eviten hechos que lamentar, para eso les pagamos con nuestros impuestos. Concordante con ello, corresponde a l@s organizadores verificar atendiendo, entre otros, a lo dispuesto en el artículo 27 del Código vigente de policía y las disposiciones de la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias (DPAE) que no haya riesgo en las carrozas, ni tropiezos en el recorrido por el uso y abuso de alcohol y sustancias psicotrópicas que tienen derecho a consumir la personas en privado, pero no en público.
Ir a ver “loquitas semidesnudas, trabadas y borrachas” es la idea de algunos de los miles de asistentes que se apostan en las aceras; para otros, es una oportunidad de ver un espectáculo más de los que ofrece la ciudad. Sea como sea, todos los que no tienen interés en nuestra reivindicación van atraídos por lo raro, lo disonante, lo poco convencional, que encuentran porque nuestra riqueza cultural derivada de experiencias de vida, da cuenta de nuestra realidad de seres excepcionalmente distintos a aquello que es heteronormativo.
Las celebraciones del ORGULLO LGBT en Bogotá y el Mundo se debaten entre ser una marcha reivindicativa (a la manera del 1 de mayo) o un colorido carnaval (como el de Pasto y Barranquilla) creo que hay maneras de conciliar esas dos visiones. Poco a poco, la segunda opción ha adquirido mayor relevancia y muchas de las arengas reivindicativas han sucumbido ante el ruido de las consolas de audio y la rumba a todo dar que se vive en la calle.
Entre los marchantes hay dos tipos segmentos que se diferencian por sus objetivos. Unos van atraídos por el carácter lúdico que ve la marcha como un espacio de encuentro, de levante, de homosocialización, llamativo y chévere porque es llevar por un día el bar, el chat o el sauna a la calle y otr@s (en quienes que mi incluyo) vamos por la oportunidad de decir al mundo qué queremos? qué sentimos? cómo nos organizamos? y cómo somos?
Muchas de las personas que van a la Marcha no saben siquiera qué conmemoramos el día 28 de junio? qué paso en Stonewall? Cómo ha sido nuestra lucha por un espacio en la sociedad colombiana en los últimos 40 años? Quiénes son las personas que desde hace mucho han luchado e incluso ofrendado su vida por el poco espacio de libertad que ahora tenemos? Y son esos, los que no tienen claro el sentido social de lo que hacemos, aquell@s que desdicen de nuestra condición mostrándose por un día como no son cotidianamente. Esos además se saltan la ley y provocan que muchos y muchas se abstengan de MARCHAR porque no se consideran identificad@s con lo que ven.
Nos corresponde a quienes tenemos ascendencia entre la población LGBT dar un sentido a la Marcha para que beneficie al colectivo. En ningún caso desde la Mesa LGBT se ha hablado, de hacerle concesiones a los que nos odian, ni de vetar a nadie en su libre expresión oral o corporal, así sea transgresora, pero si se pretende resaltar la misma cuando tiene sentido frente a la movilización social. No se ha tratado de establecer un código de conducta a la luz del "estatuto del Nuevo Ciudadano" promovido por los paramilitares como Álvaro Araujo (al que los "visibles" del “movimiento” le dieron carta blanca para "defender" nuestros derechos) o al estilo de un Estado fascista que algunos pretenden imponer cuando apoyan opciones de derecha; ni más ni menos se ha negado la existencia de distintas realidades, o de la necesidad de exigir al Estado la concreción del derecho al libre desarrollo de la personalidad, y eso lo deben entender quienes hoy critican y defienden cómo única opción la de seguir mostrando cada año ante los medios y la comunidad sólo actitudes y expresiones que refuerzan el estereotipo y que no dan cuenta de una real diversidad.
Particularmente, considero que en este momento de la historia requerimos salir a MARCHAR, a exigir, a protestar haciendo énfasis en el propósito asumido por la Mesa LGBT de Bogotá, las mesas locales y las organizaciones de activistas de otras ciudades que quieren consolidar un proceso de formación de auténticos liderazgos con arraigo popular y sin distingos de clase o condición que nos sirva para seguir avanzando, para lograr que se muestren e incluyan todas las distintas especificidades que nos agrupan.
Creo que el debate es sano y la oportunidad es precisa y preciosa para demostrar que ejercemos como ciudadanos y ciudadanas el derecho de expresarnos, atendiendo el deber de hacerlo acogiéndonos a la ley; estoy seguro que podemos exigir reivindicación sin sobreactuación.
*Abogado, @orgulloLGBT http://www.orgullolgbt.net
NOTA: POR CONSIDERARLO DE INTEREÉS REPRODUCIMOS EL CONTENIDO DEL MENSAJE DE FACEBOOK (NO DERIVADO DE LA MESA, SINO DE ALGUNOS DE SUS INTEGRANTES) QUE GENERÓ LA AIRADA REACCIÓN DE ALGUN@S VIEJOS LÍDERES LGBTI:
Este es el texto del grupo:
Que esta versión de la marcha de la ciudadanía LGBTI se caracterice por la Dignidad y el Respeto. Lejos de ser excluyentes y lejos de la Intolerancia los invitamos a todos para que hagamos un pie de fuerza y generemos conciencia para que en esta oportunidad tengamos una Marcha donde la visibilidad y la exigencia de nuestros derechos se haga a través de muestras artísticas y marchantes que muestren lo que somos pero con respeto. Para esto proponemos:
NO al exhibicionismo
NO a los desnudos que no sean artísticos sino voyeristas
NO a las vestimentas estrafalarias e indecentes
NO al ridículo
NO a los actos grotescos
NO a las drogas durante la marcha
NO al exceso de alcohol en la marcha
NO al irrespeto contra los marchantes y contra el público
NO al lenguaje soez
NO al lenguaje corporal que incite a la agresion psicológica, física y emocional
No olvidemos la frase que dice: A UNO LO TRATAN COMO LO VEN
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