Diversidad / Una acción liderada por el sector LGBTI
El domingo 26 de junio será la Marcha por la Ciudadanía Plena de las Personas LGBTI, cuya temática es la familia. Una acción apoyada por la Administración Distrital para que los integrantes de este amplio y diverso sector social recuerden que son garantes plenos de derechos. LGBTI: Cinco letras, cinco universos diferentes: Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales, que encierran formas particulares de ver y sentir el mundo. En el marco del proyecto distrital Bogotá Capital de la Diversidad, cuyo objetivo es propiciar la sana convivencia entre distintos segmentos de la población al reconocer sus diferencias, la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte invita a reflexionar al respecto en el Mes de la Diversidad Sexual, que se realiza en junio al igual que en muchas partes del mundo.
Es necesario comprender cómo está conformado el ámbito LGBTI. A diferencia del raizal, afro, rom o indígena, este sector se mueve transversalmente al no tener zona territorial definida, ni etnias o raíces culturales propias. Sus integrantes están en las 20 localidades del Distrito Capital, y pertenecen a todos los estratos socio-económicos y a todas las profesiones. Entonces, ¿cuál es su punto en común? Tal vez podría ser su opción de desarrollar libremente su opción sexual desde los conceptos de identidad, relación afectiva y práctica sociocultural. Este mes se recuerda que ellos tienen el pleno derecho al libre desarrollo de su personalidad, tal y como se consigna en la Constitución y en la Política Pública Distrital LBGTI. Con dicha política se garantizan una serie de recursos públicos para desarrollar programas y acciones encaminados a beneficiar directamente a este sector. Identidades de muchos colores Generalmente, se tiende a universalizar el tema de la diversidad sexual bajo la exclusividad de la unión de dos personas del mismo sexo. Pero el asunto va más allá: ser lesbiana, gay, bisexual o trans también implica un balance, como ya se dijo, de la triada identidad, relación afectiva y práctica sociocultural.
Lo más importante para cualquier ser humano es su identidad cultural. Y, en el sector LGBTI, la identidad suele ser tan variopinta, que un gay, una lesbiana o un bisexual puede sentirse tanto hombre como mujer en la misma proporción o de manera inversamente proporcional. El asunto puede ser más complejo en el caso de los Trans e Intersexual: un travesti es sencillamente quien encuentra gusto por usar prendas del género opuesto, sin que ello implique ser homosexual; transexual o trangénero es la persona que transita físicamente de un género a otro y se interviene quirúrgicamente; y por último, un Inter- sexual, es aquel que nace con los dos sexos y se evita hacer una reasignación quirúrgica, hasta que tenga definida su identidad de género y orientación sexual.
Estas identidades van de la mano, naturalmente, de unos patrones definidos en su vida afectiva y sus prácticas socioculturales. Según Ligeya Daza, representante del sector LGBTI ante el Consejo Distrital de Cultura, «respetar el derecho a desarrollar libremente la personalidad significa poder manifestar los sentimientos en público y sin tener que esconderse; es decir, desarrollar unas prácticas socioculturales definidas sin que ello represente un problema para los demás». Felipe Correa, presidente del Consejo Distrital de Cultura de los Sectores Sociales LGBTI, explica que todavía existen muchas barreras sociales frente al tema de la tolerancia. Recuerda estudios de percepción en Bogotá, en los que muchas personas respondieron preferir tener de vecino a un delincuente que a un homosexual. Para Ligeya Daza, ello significa que aún quedan rezagos de «lesbo-homo-trans-fobia», traducidos también «en el tema de salud, donde las EPS no entienden que uno quiera incluir como beneficiario a su pareja, una persona del mismo sexo». Algo que también ocurre, dice ella, en aspectos como el legal y el eclesiástico. «Pero todo puede cambiar si se hace una estructuración que comience por la educación fundamentada en el respeto a la diferencia », agrega. Lo importante es que sigan luchando por sus derechos y cuenten con el aval del Distrito. Sentirse plenos con su identidad sexual y afectiva lo vale todo para ellos: por eso saldrán a marchar este domingo 26 de junio, desde el Planetario de Bogotá hasta la Plaza de Bolívar, en la Marcha por la Ciudadanía Plena de las Personas LGBTI.
Bajo el lema Somos familias de mil colores, llenarán de jolgorio la Carrera Séptima con carrozas y vehículos decorados para la ocasión. Un acto considerado por muchos como un carnaval de la exhibición, pero, para otros, como Correa, un acto de dignidad: «Muchos trans salen a mostrar su cuerpo operado, porque es lo único que tienen. Haber conseguido ese cuerpo les exigió costosos tratamientos, y el precio que tuvieron que pagar fue perder trabajos e incluso hasta sus familias», asegura. Justamente, la familia será el tema de la marcha, ya que desde el seno familiar debe comenzar el respeto y la tolerancia hacia la diversidad.
EDITORIAL
Hacia una Capital de la Diversidad
Uno de los pilares más importantes de la “Bogotá Positiva” ha sido la protección de los derechos culturales, que durante este cuatrienio han sido entendidos dentro de su real dimensión, más allá del mero acceso al arte, la cultura y sus prácticas: fundamentalmente, se ha trabajado es por asegurar entre la ciudadanía el disfrute de la cultura y sus componentes en condiciones de igualdad, dignidad humana y respeto.
Nuestra ciudad, como la capital del país y el epicentro colombiano, ha acogido desde siglos atrás a miles de habitantes de todas las regiones del país, incluso del extranjero, que la han convertido en una ‘pequeña Colombia’. La capital se construyó social y culturalmente sobre una mezcla de grupos poblacionales distintos entre sí, que a lo largo de su historia se han unido en un colorido rompecabezas que por fortuna, hoy conforman esa diversidad cultural que caracteriza a esta ciudad. Hoy confluyen una amplia gama de culturas, saberes y tradiciones.
Es así como damos reconocimiento a todos los sectores que conforman la ‘Bogotá Diversa’. El mapa poblacional está conformado por los grupos étnicos que incluye a las comunidades indígenas, los afrocolombianos (que en la capital hemos adoptado como afrobogotanos), los raizales y el pueblo Rrom (gitanos); también los grupos etarios, en el que se visibilizan las culturas y formas de ver el mundo de niñas y niños, jóvenes y adultos mayores; la población en condición de discapacidad, los habitantes de la Bogotá rural, los sectores sociales, Mujer y Género, y LGBTI (lesbianas-gays-bisexuale-transgénero- intersexo).
Precisamente, este mes reconocemos la importancia de las personas que se reconocen e identifican como LGBTI: Bogotá conmemora durante junio, al igual que muchas ciudades del mundo, el Mes de la Diversidad Sexual, que tiene como principal acción a la “Marcha por la Ciudadanía Plena de las Personas LGBTI”. Este tradicional desfile, que se viene realizando desde hace 15 años, tiene como objetivo servir de espacio para que miles de integrantes de este sector recorran las céntricas calles para demostrar que no sienten pena y por el contrario, están orgullosos de ser como son. La marcha se hará el último domingo del mes, y este año tendrá el eslogan Somos familias de mil colores para reafirmar la importancia del núcleo familiar en la aceptación de las personas LBGTI ante sí mismas, y ante los demás.
El proyecto cuenta con cinco ejes temáticos: ‘Biodiversidad y medio ambiente’, ‘Política y sociedad’, ‘Niñez y juventud’, ‘Arte, cultura y patrimonio’, y ‘Mujer, géneros y diversidad sexual’.
Lo más importante de estos espacios propiciados desde la Administración es lograr que el mensaje llegue claro: debemos entender que cada uno de los casi ocho millones de habitantes de la capital somos seres humanos diferentes, dotados de una serie de particularidades genéticas, sociales, culturales, educativas, intelectuales, territoriales y hasta de identidad sexual que nos hace únicos e irrepetibles. Reconocernos ‘diferentes’ es el primer paso para aceptarnos tal y como somos, y por ende, respetarnos.
Eso es lo que buscamos a mediano y largo plazo con proyectos como Bogotá Capital de la Diversidad, y conmemoraciones que resaltan todas esas diferencias que, al contrario de separarnos, nos deben unir. Muy bien lo decía el filósofo ruso Mijaíl Bakunin (1814-1876), cuando apenas se ponía sobre el tapete la necesidad de aceptar las diferencias culturales: “La uniformidad es la muerte, la diversidad es la vida”.
Tomado de http://www.ciudadviva.gov.co/portal/node/225
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