Hablemos de “Todos somos extraños”
Recientemente se estrenó en Star+ la película británica “Todos somos extraños”, protagonizada por Andrew Scott y Paul Mescal y dirigida por Andrew Haigh (quien también dirigió “Looking: The Movie” y “Weekend”). Este film está basado en el libro “Strangers”, escrito por Taichi Yamada en 1987, siendo esta la segunda vez que se realiza una adaptación cinematográfica de el mismo (la primera fue hecha en Japón en 1988).
Todos somos extraños cuenta la historia de Adam, un escritor de edad mediana con una buena posición económica, que vive en un penthouse de un edificio nuevo con muchos apartamentos vacíos (A propósito de esto, en la película mencionan varias veces lo costoso que es vivir en Londres). Por otro lado, en el sexto piso, en un apartamento mucho más pequeño, vive un chico más o menos de la misma edad de Adam llamado Harry. Ellos no lo saben, pero sus mundos en realidad no son tan distintos y lo que más tienen en común es la soledad.
Ambos se conocen una tarde en la cual Harry llega hasta la puerta de Adam buscando compañía. Adam no le deja entrar en ese momento pero más adelante se permite conocerlo. Ambos son gays y pocos minutos después de presentarse y hablar un poco tienen sexo. La película no es muy erótica pero, justo después de que los chicos han acabado, Harry lame semen del pecho de Adam y le da un beso blanco. La escena hace la película no apta para homofóbicos, con lo cual el director y los escritores se aseguran de que solo vean la película quienes en realidad quieran entender la homosexualidad más allá de lo superficial.
Conforme el film avanza, nos permite adentrarnos más en la vida de Adam. Nos enteramos que perdió a sus padres a los 12 años en un accidente automovilístico y que creció con su abuela paterna. Sus padres murieron antes de él comenzar la adolescencia y por eso siempre imagina conversaciones con ellos donde les cuenta sucesos de su día a día. Adam está escribiendo un nuevo guion para una película que le recuerda a ellos. Su nostalgia le hace ir hasta la casa donde creció y donde aún hay recuerdos de su infancia. En la mente de adam el lugar está aún tal cual como lo era cuando sus padres vivían. Su imaginación recrea lo que le hubiese gustado vivir con sus padres, por lo cual los vemos también a ellos en la escena.
Adam habla con estos seres imaginarios (por no decir fantasmas) sobre todo lo que no pudo contarles durante su adolescencia. Él siempre ha imaginado cómo hubiera sido contarle a sus papás sobre su homosexualidad y la manera en la cual ellos hubieran reaccionado y, pues, habla de eso con ellos. Cabe destacar que la reacción de estos padres fantasmas es lo que Adam imagina que hubiera pasado. Esto es algo con lo cual podría identificarse fácilmente cualquier chico gay dentro del armario que constantemente se atormenta con el pensamiento de cómo contarle a sus padres y qué pasará cuando se enteren. Es algo que nadie sabe hasta que el momento llega, pero mientras tanto la mente seguirá atormentándole.
Por otro lado Harry también lidia con sus propios problemas familiares. Él tiene aún a sus padres vivos y tuvo la oportunidad de hacer con ellos todo lo que Adam no pudo, especialmente contarles sobre su homosexualidad. Como resultado, no tiene una buena relación con su familia y pasa sus días en soledad, extrañándolos y ahogando sus penas en alcohol. Aquí está la representación de lo que sucede una vez la verdad sale a la luz: se aclaran dudas pero entonces vienen las consecuencias de la reacción, que en el caso de Harry son negativas. El escritor y director plasman perfectamente estas dos caras inherentes a la vida gay.
Adicional a estos dos protagonistas, se encuentran tambien Jamie Bell (famoso por protagonizar la exitosa película Billy Elliot del año 2000) y a la actriz británica Clare Floy, quienes interpretan a los padres de Adam en su imaginación.
El film hace sentir emociones en el tema familiar y en la importancia de tener compañía. No tanto una pareja, sino alguien con quien hablar. Trata con mucha sensibilidad estos sucesos que en la vida gay son muy común: soledad y el deseo de sentirse aceptados y amados por su familia.
La película nos muestra dos historias muy parecidas y a la vez tan diferentes. Dos personas solitarias por diversas razones pero cuya soledad tienen mucho en común. Aquí se pueden identificar muchas personas pues en la vida, aunque muchos no se conozcan, sus vidas tienen mucho parecido. Es por eso su título: “Todos somos extraños”.
En este film, aunque se cuenten las historias de dos hombres gays, la reflexión final puede ser absorbida por un grupo más grande de la sociedad. Más que el tema de la soledad, también nos habla de salud mental y la necesidad de compañía, de conversar, contar los problemas y prestar atención a las emociones. Obviamente las personas gays, sobre todo quienes tienen problemas familiares relacionados a su sexualidad, se sienten más indentificadxs, pero los temas centrales son, al final, la soledad y la salud mental, los cuales afectan a la sociedad entera.
La película ganó el Independent Film Award como a mejor película y tuvo varias nominaciones a los premios BAFTA por mejor película, mejor director, Mejor guion adaptado, mejor actriz de reparto para Claire Floy (en el papel de la madre de la madre de Adam), mejor actor de reparto para Paul Mescal y mejor dirección de casting.
Está disponible para América Latina en la plataforma Star +.
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