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martes, 20 de julio de 2010

Argentina el primer país en América Latina en aprobar el Matrimonio Gay. En Colombia buscan revivir propuesta de uniones de pareja por vía legislativa



Argentina aprueba el Matrimonio Gay

Después de un maratónico debate, el Senado argentino aprobó la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que convierte al país en el primero en América Latina en dar luz verde al casamiento de parejas homosexuales a nivel nacional.





La ley contempla la posibilidad de la adopción de menores por parte de las parejas homosexuales, uno de los temas más polémicos para las voces críticas del proyecto.

Al final de una sesión de 14 horas, los legisladores protagonizaron una reñida votación que concluyó con la aprobación del proyecto que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados en mayo pasado.

La norma, que promueve el "matrimonio igualitario" con atribuciones equivalentes para parejas gay y heterosexuales, fue sancionada por 33 votos a favor y 27 en contra, más tres abstenciones.

La bandera del movimiento gay frente al congreso argentino
Argentina es el primer país de América Latina en legalizar el matrimonio gay a nivel nacional.

Al conocerse las cifras, en la Plaza de los Dos Congresos de Buenos Aires se desató la euforia entre manifestantes allí convocados para una vigilia "en defensa de la igualdad".

Matrimonio gay, ¿avance o retroceso?

La aprobación de la ley conlleva la modificación del Código Civil argentino, que en su artículo 2 establece que el casamiento debe concretarse entre individuos de distinto género.

Antes de la sesión el Ejecutivo aseguró que "de ninguna manera" la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vetará la ley, sino que la promulgará por considerarla "un avance" para convertir a Argentina "en un país de vanguardia".

Su promulgación marcará un hecho histórico para América Latina, pues en la región los casamientos entre parejas del mismo sexo actualmente sólo son legales en México D.F., donde está vigente una norma similar que se circunscribe exclusivamente al territorio de la capital mexicana.


Discursos encontrados
Durante la maratónica y a ratos agitada jornada, los legisladores expusieron argumentos a favor y en contra de la ley, que equipara los derechos de los matrimonios homosexuales con los de las familias tradicionalmente concebidas.

"No me preocupa que las personas homosexuales se casen, me preocupa el efecto que ello pueda tener sobre terceros, en los niños, en la educación. Porque a partir de ahora la sexualidad pasa a ser algo que se construye", expresó la senadora Liliana Negre de Alonso, una de las principales opositoras al proyecto, mientras exhibía un cuadernillo de instrucción sexual primaria que, según destacó, invita a "armar" cuerpos con órganos sexuales intercambiables.

No hay que hacer tanta polémica, no estamos quitándole derechos a nadie sino dándoselos a los que no los tienen

Lucía Corpacci, senadora

"El Código Civil argentino regula el matrimonio como base de filiación: la maternidad la determina el parto y la paternidad la da el matrimonio. La propuesta de ley tiene incongruencias y genera un caos filiatorio", aportó su colega, Sonia Escudero.

En tanto, muchos de los que anticiparon su voto positivo durante la sesión lo hicieron bajo el argumento de otorgar igualdad bajo una misma figura legal.

"He escuchado a aquellos que dicen ‘unión civil sí, matrimonio no’. Pero eso es sólo dar un poco y no sirve para igualar. No hay que hacer tanta polémica, no estamos quitándole derechos a nadie sino dándoselos a los que no los tienen", opinó Lucía Corpacci, representante del oficialismo.

"En el derecho positivo no he encontrado ni un argumento que diga que no puedo otorgarle este derecho a un minoría que lo merece. El proyecto de ley puede tener vicios secundarios, pero no lo invalidemos por eso", pidió el legislador Luis Juez.

¿Por los niños?
Durante las largas alocuciones, los senadores no se privaron de hacer referencia a sus vidas privadas para sostener sus argumentos. Un inédito número quiso ser oído: casi el 90% de los presentes pidió hacer uso de la palabra.

Uno de los temas que dejaron al desnudo las posiciones antagónicas fue el derecho a la adopción, una prerrogativa de la que las parejas homosexuales gozan sólo en una decena de países de todo el mundo.

"Se ha puesto a los niños en medio del debate para generar pánico moral, como si los homosexuales fueran perversos y abusadores", reclamó la senadora Elena Corregido.

También su colega Eduardo Torres hizo una defensa enardecida, al decir que "si hay un chico que puede ser adoptado por una pareja gay, es porque hay una pareja heterosexual que ha fallado".

En cambio, los representantes más conservadores defendieron la constitución de un entorno "natural" de madre y padre para garantizar la sana educación de un menor.

"Creo en la existencia de un orden natural, palpado cuando viví en el campo, que me hizo ver las cosas que Dios quiere. Ese orden natural me indica que existen diferencias entre un macho y una hembra", señaló la senadora Josefina Meabe, una de las que rechazó la propuesta.

Por Twitter o en pantalla
Durante las últimas semanas, la polémica ley de "matrimonio igualitario" alimentó el enfrentamiento entre la Iglesia Católica y el gobierno de la presidenta Fernández, que personalmente impulsó la norma.

También generó opiniones cruzadas en todo el arco político argentino.

Sin embargo, la decisión de cada senador fue tomada, según se dijo, en "libertad de conciencia" y fuera de toda filiación partidaria.

Por eso, durante las 14 horas de sesión, se hizo difícil anticipar el resultado, lo que llevó a muchos argentinos a seguir el debate en vivo por TV o a través de las redes sociales.

En Twitter, la etiqueta (hashtag) "#matrimoniogay" lideró la lista local de temas favoritos durante toda la jornada.

Afuera del Congreso, y a pesar del frío, los defensores de la ley se reunieron para seguir minuto a minuto y por pantalla gigante el debate que transcurría puertas adentro.

Abuchearon a algunos oradores, entonaron consignas en contra de la iglesia y prendieron fogatas para soportar las bajas temperaturas. Cuando conocieron el resultado, bien entrada la madrugada porteña, sólo se dedicaron a festejar.

Valeria Perasso
BBC Mundo, Argentina
15 de julio de 2010
https://www.bbc.com/


Colombia: Se abrió una convocatoria vía web para que se dé esa posibilidad en el país.

El Espectador
Luego de que el Congreso de Argentina aprobara en la madrugada de este jueves el matrimonio entre parejas del mismo sexo, en Colombia buscan revivir esa iniciativa. Aunque el Senado y la Cámara de Representantes ya en dos ocasiones han hundido proyectos en es sentido, la senadora Piedad Córdoba anunció que "vamos con todo" frente a ese proyecto. A través de la red social Twitter, Córdoba está recibiendo todas las propuestas posibles en ese sentido. Con el tag o la etiqueta "#YoLegislo", la congresista está promoviendo ese proyecto de ley que sería presentado en los próximos días.

Además, dijo que en su correo piedadcordobaruiz@gmail. y en la web piedadcordoba.net recibirá todas las ideas para que se permita el matrimonio gay en Colombia. Piedad Córdoba ha sido activista defensora de los derechos fundamentales de las parejas del mismo sexo. En la próxima legislatura, que inicia el 20 de Julio, podría empezar el debate y deliberación del proyecto.

www.elespectador.com

Piedad Córdoba y organizaciones sociales reclaman respeto para la comunidad LGBT

CARACOL


Mientras la senadora Piedad Córdoba, a través de su página en Twitter, hace una convocatoria encaminada a recibir ideas para el matrimonio gay en Colombia, las organizaciones sociales presentan ante la ONU las graves violaciones de que son víctimas los miembros de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas.

Marcela Sánchez, vocera del colectivo Colombia Diversa, señala que en Colombia se atenta contra la orientación sexual de las personas. "Se atenta contra la vida de las personas en Colombia por su identidad de género y en las cárceles hay irregularidades porque la homosexualidad se considera como una falta disciplinaria, mientras el Estado sigue incumpliendo las recomendaciones relacionadas con los derechos de las personas LGBT", explicó.

La comunidad LGBT le expresa a la comunidad internacional que Colombia incumplió el pacto de Derechos Civiles y Políticos, al no respetar y ofrecer garantías la vida, integridad y libertad personales de esta comunidad.

Los voceros de este grupo social esperan que el Gobierno cumpla con las sentencias de la Corte y garantice el respeto y la igualdad.

domingo, 18 de julio de 2010

Del armario a la celda, la ‘herejía’ o la marginación

Muchos gays siguen siendo delincuentes o discriminados en Latinoamérica y Caribe




- Entrevista a Manuel Velandia por FÁTIMA RUIZ / Madrid


En algunos países son delincuentes. En muchos, pecadores. En todos, víctimas de la intolerancia. La homosexualidad se ha despenalizado en amplias zonas de América del Sur, pero aún hay lugares en los que salir del armario es entrar en la cárcel, la herejía o la marginación social.

El Caribe, sobre todo, donde abundan códigos penales escritos con tinta de otro siglo que aún se cuidan de castigar la sodomía como una aberración. Que en Barbados se paga hasta con cadena perpetua. En Trinidad y Tobago, con 25 años en prisión. Y en Belice, Granada o Jamaica, con una década en la cárcel que incluso puede aderezarse con trabajos forzados. O con una estancia en un sanatorio psquiátrico «para su tratamiento» y «si el tribunal lo estima oportuno», como en el caso de Dominica.

Lo denuncia un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (Ilga), que, si bien reconoce los «importantes avances impensables hace unos años» en cuestión de derechos, también advierte de «la falta de voluntad política para impulsar nuevas legislaciones que garanticen una ciudadanía plena».

Porque hay países latinoamericanos donde ser gay o lesbiana no es delito, pero sí una cadena perpetua cotidiana que puede condenar al exilio. En Colombia, al éxodo provocado por el conflicto se une otro silencioso que el año pasado obligó a 100 activistas homosexuales a pedir asilo fuera del país.

Manuel Antonio Velandia lo hizo en España, después de salvarse por los pelos de un atentado con granada dirigido a disuadirle de su lucha por promover una ley de parejas de hecho en el Senado. 

Corría el año 2007 y aquello le costó la patria al fundador del Movimiento Homosexual Colombiano, aunque la Corte Constitucional acabó reconociendo los derechos de los gays, que a partir de ese año se equipararon a los de los heterosexuales excepto en cuestiones de adopción.

Hay tres escollos históricos en el camino a la igualdad en el continente, según Velandia, que advierte a este diario de que «el hecho de que las normas cambien no implica que lo haga la cultura». El primero es de orden médico: «No hay que olvidar que la primera enfermedad sexual decretada en el siglo XIX en el mundo fue la homosexualidad. De hecho permaneció un tiempo en la lista de patologías de la OMS».

Segundo, de orden religioso: «El fundamentalismo católico, que no acepta la homosexualidad, está en la raíz de la discriminación. En plena campaña para aprobar el proyecto de ley de unión civil, los jerarcas de la Iglesia colombiana llegaron a publicar anuncios que equiparaban la homosexualidad con la zoofilia o el sadomasoquismo». Y tercero, la cuestión de que «el poder continúa siendo masculino y ser gay se considera una ruptura con el rol tradicional misógino y machista», dice Velandia, que establece un ránking de peores países en América Latina para ser gay o lesbiana. Brasil, en primer lugar, donde las reinas transexuales del carnaval son asesinadas cuando se apagan los fuegos artificiales. La asociación Grupo Gay da Bahia informa de 198 personas muertas por su condición sexual sólo en el año 2009. Una cada dos días. El país carece de legislación a nivel estatal, asegura Velandia, aunque algunos estados sí cuentan con leyes propias para proteger a los gays.

Ecuador y Colombia son otros dos delicados destinos. «En Ecuador ha dejado de ser delito, pero antes si a uno lo denunciaban se lo podían llevar preso una semana. Ese miedo ha calado en la población».

En su país se añade la circunstancia de que el activismo también se topa con la guerra interna. «Tenemos problemas con la guerrilla y los paramilitares, porque hemos denunciado que los unos implantan DIUs* a niñas de 8 a 12 años [de las que abusan] y que los otros están implicados en la trata de personas».

Publicado en http://www.agendadeprensa.org

*DISPOSITIVOS INTRAUTERINO (DIUs)El DIU es un aparato pequeño que se inserta por el cuello uterino dentro del útero para prevenir el embarazo.

martes, 13 de julio de 2010

¿Marchas o no marchas?

Escrito por Hunzahua Vargas *
lunes, 12 de julio de 2010

Sin duda se ha avanzado frente a los derechos y a la igualdad de las personas LGBT, pero todavía quedan rezagos de la sociedad patriarcal y machista de otras épocas.



Del desfile a la marcha

El pasado 27 de junio se llevó a cabo la XIV "Marcha por la Ciudadanía LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas) de Bogotá", que mostró la excelente organización que tiene el sector en la ciudad y el país. En ella participaron cerca de 30 mil personas provenientes de todos los estratos sociales y de los más distintos lugares.

En los últimos años el evento se ha transformado. En efecto, dejó de ser un "desfile del orgullo gay" para convertirse en la "marcha por la ciudadanía LGBT de Bogotá". Asimismo, tuvo un cambio importante en su dirección, que se refleja en sus propósitos y contenidos: desde el año 2005 se dirige hacia la Plaza de Bolívar, centro político del país. En cada oportunidad logra una mayor participación de la academia, los grupos activistas y el Estado.

Estas organizaciones y entidades han tenido un lugar importante en el desarrollo de la marcha, y en términos más amplios, en la visibilidad y reconocimiento de derechos de las personas LGBT, principalmente en Bogotá, lo cual ha repercutido de manera notable en la política nacional. Las alcaldías de izquierda de la capital, en especial la de Luis Eduardo Garzón, le dieron un apoyo importante. El alcalde Garzón mostró interés por el tema y encabezó la marcha más de una vez.

Presencia de lo patriarcal

No quisiera olvidar algunas de las características históricas del movimiento LGBT, que hacen parte de lo que se puede ver en la marcha. El movimiento nace como expresión de la comunidad gay masculina, que ocupa un lugar privilegiado de poder frente a las lesbianas, y las personas transgeneristas y las bisexuales. Todas ellas emprendieron una lucha política que tiene en los acontecimientos del Stone Wall Inn[1] un momento emblemático. La cultura patriarcal en la que todavía vivimos, permitió que fueran los hombres quienes primero se levantaran y se organizaran política y estéticamente en torno a la defensa de los derechos y reivindicación de la diferencia.

Desde la primera marcha, que se realizó a comienzos de la década de 1980 y que contó apenas con poco más de 30 personas (casi todos hombres), hasta las de 2007 y 2008, en las que se hicieron presentes cerca de 50 mil participantes, han pasado más de 20 años y muchos ires y venires. Hoy existen cada vez más organizaciones y grupos que se dan a la tarea de pensar, problematizar y defender las diversidades sexuales y de género.

Según el Directorio LGBT de 2008 de la Alcaldía Mayor de Bogotá, ese año existían "59 organizaciones con trabajo por los derechos de las personas LGBT en Bogotá. De estas, 41 son específicamente del sector, 12 brindan atención especializada y 6 son aliadas en el tema"[2] Estas organizaciones se dividen a su vez según los componentes de la sigla. Así, se encuentran algunas que trabajan de manera mixta, mientras que otras lo hacen específicamente con lesbianas, transgeneristas, bisexuales o gays. También hay grupos académicos, principalmente universitarios, que se dedican a la investigación de los temas relacionados con cada sector específico.

Por fuera y por dentro

Así las cosas, parecería que se hubiera logrado consolidar en un par de décadas un movimiento social influyente en la política local y nacional. Pero ¿cómo se articula hoy ese movimiento? ¿Cuáles son los problemas que enfrenta?

Después de años de luchas, quien observe la marcha sin prevención podría llegar a creer que el movimiento muestra solidez y unidad. Sin embargo, la comunidad es en sí misma fragmentaria y diversa, y aunque se esfuerza por mantenerse unida en medio de sus diferencias, hay algunas que siguen siendo hoy, como hace dos décadas, la fuente de tensiones internas y miradas poco amistosas.

El primer y más difícil problema del movimiento es, a mi parecer, la cultura patriarcal. Debido a la forma en que se concibe lo femenino y lo masculino y al lugar político que se ha concedido tradicionalmente a hombres y mujeres, se enfrentan grandes retos. Por un lado, la endo discriminación, basada en representaciones tradicionales de lo femenino y lo masculino, hace que los hombres gay sean representados (con frecuencia por sí mismos) como afeminados, a la vez que las mujeres lesbianas se representen como masculinas.

Estas ideas dicotómicas han dejado en la periferia a las personas bisexuales y sobre todo a las transgeneristas y transexuales, que no caben en tales polaridades. El número creciente en el interior del movimiento LGBT de las personas trans, lo mismo que su visibilidad política, es un avance importante en el tema, pero sigue siendo sin duda uno de los asuntos neurálgicos que afrontan organizaciones y colectivos en el debate.

La lucha de clases

Por otra parte, las diferencias de clase se reproducen en éste como en otros movimientos sociales y se entremezclan con las luchas políticas. El año pasado, diferencias entre los bares de la Avenida Primero de Mayo y la organización central, dieron lugar a la separación de los primeros, que no asistieron a la marcha por la Carrera Séptima, y organizaron un segundo evento que no terminó en el centro político de la ciudad y del país, sino en los bares de la llamada zona rosa del sur de Bogotá, en la Avenida Primero de Mayo entre la carrera 68 y la Avenida Boyacá. Una de las razones que arguyeron los organizadores, es que a sus bares no los beneficia la marcha de la Séptima, como sí ocurre con los bares de Chapinero, en donde se reúnen los y las marchantes después del cierre en la Plaza de Bolívar.

Política y fiesta

Por Alejandro Gamboa
Y aquí un tercer conflicto del movimiento: la relación entre política y fiesta. Una de las primeras maneras de asociación, pero sobre todo de socialización entre personas (sobre todo hombres) gay, fueron, y son hoy todavía, los bares. Estos, y sobre todo su conglomeración en un sector determinado de la ciudad, han permitido que se generen redes que con el tiempo han devenido en organizaciones políticas y sociales. Sin embargo, el movimiento político ha tratado de separarse de los bares en la medida en que no considera que allí se logre una reflexión de ningún tipo sobre lo que significa ser L, G, B o T, lo que ha resultado en una tensión importante entre quienes proponen un análisis de la sexualidad y el género, y el número creciente de quienes ofrecen consumo y rumba, al menos en apariencia despreocupada.

Esta tensión no sólo separó a los bares del sur de los bares de Chapinero en las dos últimas marchas, sino que se tradujo en un asunto de administración en el Distrito. Un ejemplo, las campañas de prevención del VIH/SIDA, lo que puso sobre el tapete el papel político que pueden jugar los bares en términos de distribución de información e impacto de políticas públicas.

Lo hecho no es suficiente

Otro de los grandes temas que debe afrontar el movimiento LGBT es el papel del Estado en las luchas políticas. Si bien alcaldías de pensamiento liberal o de izquierda le han dado un respaldo importante, la lucha por el reconocimiento de derechos sexuales tiene todavía un enorme trabajo por delante frente a la voluntad de la administración de turno para obtener recursos y producir cambios más estructurales.

Pese a esas dificultades, las organizaciones del sector han tenido grandes resultados en términos políticos y particularmente en asuntos legales.

Hacer ciudad

En torno a la política pública, y en términos políticos, me centraré en algunos logros importantes por sus alcances jurídicos y por su representatividad simbólica en medio de la cultura patriarcal en que se producen.

Comenzaré por el decreto 608 del 28 de diciembre del 2007, dictado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, "por medio del cual se establecen los lineamientos de la Política Pública para la garantía plena de los derechos de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgeneristas -LGBT- y sobre identidades de género y orientaciones sexuales en el Distrito Capital, y se dictan otras disposiciones". Este decreto marca un avance muy importante en la política pública del país y probablemente de toda América Latina, al reconocer el papel que juega la comunidad LGBT en la construcción de ciudad, y al reconocer la titularidad de derechos de esta población, así como la autonomía, identidad, equidad, solidaridad, diversidad y participación de las personas que la conforman.

El decreto reconoce el papel cultural de esta población, crea un consejo consultivo, y establece una corresponsabilidad en el ejercicio de derechos, lo que permite visibilizar jurídicamente al sector y lo conduce a responsabilizarse de sus derechos, al tiempo que construye mecanismos de participación en la política local.

Reconocimiento de parejas
El segundo logro importante de la lucha política de la población LGBT es, sin duda, la sentencia C-075-07 del 7 de febrero del 2007 emanada de la Corte Constitucional, en la que se revisa y corrige la ley 54 de 1990, que regula las uniones maritales de hecho, en la que no se contemplaban parejas del mismo sexo. Esta sentencia permite no sólo el reconocimiento legal de dichas parejas, sino que además les concede los mismos derechos que a las parejas heterosexuales, lo que implica, por ejemplo el derecho a afiliación al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) por parte del o la cónyuge, y el derecho a heredar los bienes que adquiera cada uno de los integrantes de la pareja. Este avance pone en igualdad de condiciones a las parejas heterosexuales y homosexuales en casi todos los aspectos, implica un nuevo concepto de pareja en la sociedad colombiana, y reconoce la carta de ciudadanía a que tienen derecho las parejas del mismo sexo.

Lo que falta
Después de estos avances, parece que en Colombia el panorama para las personas LGBT no es tan oscuro. Sin embargo, el reconocimiento pleno de derechos es todavía precario y son muchas las batallas políticas que se avecinan.

Entre otros muchos temas, por ahora falta una legislación que proteja a las personas transgeneristas y les permita acceder al subsidio estatal para terapias hormonales y cirugías plásticas; también está por discutirse la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo; y se echa de menos una reflexión sobre la calidad de la educación sexual en Colombia que incluya las opciones sexuales diferentes de la heterosexual. Al final, en una sociedad que sigue siendo machista y patriarcal, en la que la unión hace la fuerza, subsiste una pregunta: ¿marchas?

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* Antropólogo y candidato a magister en estudios culturales de la Universidad Nacional de Colombia. Investigador de fiesta, ritualidades urbanas y población gay. Actualmente es docente en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

publicado en http://www.razonpublica.com

Notas de pie de página



[1] Stone Wall Inn es el nombre de un bar gay en Nueva York, en donde el 28 de junio de 1969, la policía hizo una redada que terminó en enfrentamiento con los hombres que allí se encontraban. La conmemoración de este enfrentamiento dio lugar a la primera marcha del orgullo gay al año siguiente.

[2] Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal. Directorio LGBT. 2008. Bogotá.

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Marcha por la diversidad sexual y la vida - Medellín 2010

Por Alejandro Gamboa


Pre-marcha

Nunca he asistido a una marcha del orgullo gay o de la diversidad sexual, ni como marchante ni como espectador. Mis informaciones sobre las mismas han venido de la prensa o de comentarios de terceros. Por lo general la información de la marcha en la prensa del país es disimulada, a mi gusto algo light, no te permiten saber lo que paso y cómo, es como un saludo a la bandera y no precisamente a la bandera gay, esto me hace preguntar por la manera en que informan los medios del país, en fin eso es diferente. Por otra parte los comentarios de la gente por lo general son negativos o no tienen nada que ver con lo que se del orgullo gay, con lo que pienso que es. Si es un espectador hetero, es posible que empiece por reconocer que es bueno que se expresen, pero es posible también que valla directamente a señalar que es una vulgaridad, bueno algunos gay, casi nunca tengo comentarios de lesbianas, llegan a la misma conclusión por lo que toman dos posiciones, una la de no ir o dos la de ir, claro, asistir a un acto de tal vulgaridad tiene sus ventajas, sobre todo en un fin de semana, es una excusa para rumbear, tal vez para levantar más fácil o para pillar a los amigos, los enemigos, o los papasitos levantando fácil. Pero a todas estas, pocas personas relacionan la marcha con otra cosa, a menos de que sea la revelación evidente, es una marcha por que estamos orgullosos de lo que somos y que somos, pues maricas.

No sé, nunca he ido a una marcha, dicen que la marcha de Bogotá tiene mucho más sentido político y trato de pasar de lo obvio, de pensar que allá es donde está el centro del poder del país, pero también, y no estoy seguro de si independientemente de lo anterior, hay que reconocer que la masa crítica, por decirlo así, es mucho más grande por el conjunto de organizaciones y los lazos institucionales que existen entre ellas y con las universidades, embajadas, centros de pensamiento. Tiene un circuito, una red de informadores, activistas, negociantes, financiadores y eso sin contar con la reciente política pública que brinda un espacio de interlocución con la alcaldía del distrito capital. Bueno, no podría decirse que sea efecto de la cultura, por lo menos no por la cultura tradicional capitalina, tal vez de la mixtura que esa urbe ha alcanzado con más de la mitad de sus gentes provenientes de otras partes del país y siendo uno de los centros de negocios y turismo más importantes del país, la permeabilidad de la ciudad a otras formas de vida y a otras formas de pensar es mucho mayor, tal vez y me atrevo a incluir la pregunta por el espacio, es, al fin y al cabo, una ciudad muy grande.

Nunca he ido a una marcha, porque he estado entre la indecisión y la falta de necesidad, los comentarios de esas personas y el cubrimiento de la prensa me dejaban desanimado, para que quiero marchar, para que sepa quién, que entendería el que lo ve, no sé, pero es difícil confiar en la marcha, no tiene un único objetivo, no todos los objetivos son loables. Sin la marcha ya era un marica reconocido, todos a mí alrededor lo saben y saben que me sentía orgulloso de ello, y no entiendo el objetivo de la marcha y tal vez por eso no lo hice nunca.

Pos-marcha

No sé qué pensar, la marcha es como un acto individual, es una rumba bajo cielo abierto, es una fiesta, hay trago, marihuana, droga, felicidad, maquillaje, pinta, sudor, pisotones, besos, abrazos, están los que se hacen en las orillas como lo harían en la discoteca, pegados a la barra como para no ser tocados, como quien está pero no necesariamente cómodo, está también el gritón, la pantallera, es un acto ante todo espontáneo, un ritual de la espontaneidad, la regla es hacer lo que se le dé la gana. No soy un asistente asiduo a la feria de las flores, pero no veo algo diferente en esta marcha, es una pequeña feria, la pre feria de las flores, es un show signado por el consumo, buen o malo, no, acá no estamos haciendo juicios. La marcha es lo que es y eso que sea, también está marcado por la forma como los antioqueños vivimos las fiestas, pensamos y actuamos, el culto al cuerpo y el exhibicionismo, mujeres y hombres perfectos. Machos y hembras.

Lo he disfrutado la verdad y por eso creo que la marcha tiene valor, lo disfrute por que sentí que el mero hecho de estar ahí y ver lo que vi y rodearme de quienes me rodee sin tener problemas es un acto de convivencia y de respeto… la marcha es grande, no conocí cada espacio, pero sé que viví su espíritu de jolgorio, lo vi en los rostros y creo que es una ganancia. Tal vez este aturdido por ser mi primera vez en la marcha de la diversidad sexual, pero fue la mejor experiencia que antes hubiera vivido, tanto amor, tanta sensualidad hacían vibrar mis sentidos.

Vi discursos disimiles, políticamente nadie estaba en un lugar estático, veía los rostros de la gente como miraban el espectáculo, quisiera saber que piensan, que impresión les queda, cómo los impacta esos discursos disimiles que habían presentes, nadie tenía letreros en ese lugar, pero había gente de todos los lugares de la ciudad, había viejos, jóvenes, locos, drogados, serios, risueños, lindos, feos, besos y abrazos, trabajadores y trabajadoras, estudiantes, jubilados y desempleados. Me pregunto si la gente se reconoció ahí, si pensó en que había seres humanos iguales a ellos. No puedo estar seguro de que saber aquello sea necesario, pero sería bueno saber si pasa o no.

Políticamente no había nada, pero lo había todo. Estaba Medellín reflejada, lo pude ver en los rostros de la gente, que en algún momento se acerco sin temor y hablo con los marchantes, tomo las fotos. Vi familias y niños, supe que había transeúntes y maestros desconcertados porque no estaban informados de la parranda y menos que sus alumnos estuvieran ahí, dándose un beso con alguien del mismo sexo. Había desorden un desorden tranquilo en gran parte, vi solidaridad en medio del bullicio, vi los problemas de la ciudad.

La marcha es un acto individual y entre la individualidad de miles de personas recorrimos muchas calles, unidos por qué, no sé si alguno de los que estaba allí lo sabía a ciencia cierta, pero lo hicimos y no es algo fácil lograrlo, así que creo que es un escenario en formación, será un termómetro de la madures que tome el movimiento LGBT en la ciudad, actualmente es un reflejo de la falta de madures política de la sociedad colombiana, no un problema exclusivo de maricas y machorras, de trans o bisexuales, si no de los colombianos, pero es un escenario potente, que por ahora solo conoce su poder económico, que no anula otras posibilidades, pero que si les quita importancia. Encontrar el equilibrio requiere de participación de una dinámica social más movida que tiene pocos espacios en la ciudad. Cantina, friends, viva, la pollera, la fonda etc. no son espacios de debate, son espacios de socialización limitados que por sí solos no construyen el tejido social que da consistencia a aspiraciones políticas y sociales y eso es reflejo de la marcha, ella da lo que puede dar, el espejo de lo que hay, de lo que se llama la comunidad LGBT medellinense.

Disfrute ese espacio con sus problemas y falencias, y lo tomo como mío porque tengo esperanza y se dé su potencial social y político, un potencial que no se desarrolla solo.

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