GOBIERNO NACIONAL EXPIDE EL DECRETO 1311 DE 2025: NACE SISTEMA NACIONAL PARA LA GARANTÍA DE DERECHOS DE LA POBLACIÓN LGBTIQ+
Por Manuel Antonio Velandia Mora*
No escribo estas líneas desde la fría neutralidad del escritorio, sino desde el cuerpo que ha sido señalado, desde la historia marica que ha sido empujada a los márgenes, desde la memoria herida de un país que nos negó durante décadas el derecho a existir sin miedo. Escribo como marica que sobrevivió al insulto, a la calle hostil, a la policía, a la burla, a la vergüenza impuesta. Escribo desde el cuerpo que fue empujado a los márgenes y que hoy, por fin, ve al Estado pronunciar su nombre sin miedo. Por eso digo, sin titubeos, que el Decreto 1311 de 2025 Firmado por el Presidente Petro no es un simple acto administrativo: es una grieta en la arquitectura de la exclusión, un temblor en los cimientos de un Estado que durante demasiado tiempo nos dio la espalda.
El 4 de diciembre de 2025 queda inscrito como fecha política en la historia de las disidencias sexuales y de género en Colombia. Bajo el liderazgo del Ministerio de Igualdad y Equidad, y en cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, el Gobierno Nacional sancionó el Decreto 1311 que crea el Sistema Nacional para la Garantía de los Derechos de la Población LGBTIQ+. Nace, al fin, una arquitectura institucional que deja de mirarnos como problema y empieza a reconocernos como personas sujetas plenas de derechos.
Como militante homosexual, como sobreviviente de un país que castigó la diferencia con violencia, celebro —con cautela, con memoria, con dignidad— este paso. No porque crea ingenuamente que un decreto derrumba por sí solo siglos de prejuicio, sino porque sé que sin Estado no hay justicia estructural posible.
El propio Ministro de Igualdad lo dijo sin eufemismos: “Con el Decreto 1311, el Estado deja de administrar la desigualdad y empieza, por fin, a desmantelarla”. Y yo agrego: empieza a desmantelar también la pedagogía del odio, el hábito institucional de la indiferencia, la costumbre de relegarnos al silencio. Las minorías sexuales dejamos de sobrevivir en los bordes para empezar a disputar el centro mismo de la dignidad.
Este decreto responde a una deuda histórica con quienes hemos sido perseguides, expulsades del hogar, del aula, del trabajo, del hospital, de la noche, de la palabra. Reconoce que las violencias contra las orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas no son accidentes individuales: son estructuras, son sistemas, son pedagogías del desprecio.
Un Esfuerzo Intersectorial Sin Precedentes
Yo, que vengo del insulto, de la clandestinidad y del miedo, reconozco que la intersectorialidad, la transversalidad y l interseccionalidad convierten nuestra resistencia en política pública y nuestra herida en ley. El corazón político de este nuevo sistema es la Comisión Intersectorial de la Política Pública Nacional LGBTIQ+. Por primera vez, nueve ministerios se comprometen, no desde la retórica sino desde la corresponsabilidad, a garantizar nuestros derechos. Igualdad y Equidad preside; Interior coordina territorio y seguridad; Relaciones Exteriores alinea estándares internacionales; Justicia enfrenta la impunidad; Defensa asume la formación de la fuerza pública; Salud abre rutas para cuerpos históricamente medicalizados y negados; Trabajo encara la discriminación laboral; Educación transforma aulas que aún expulsan; y Culturas disputa los imaginarios que nos siguen matando.
El respaldo fiscal del Ministerio de Hacienda no es menor: sin presupuesto, los derechos son promesas rotas.
Se articulan además el DAPRE, el DNP, Prosperidad Social y Función Pública. El mensaje es claro: la existencia LGBTIQ+ deja de ser tema sectorial para convertirse en asunto estructural del Estado.
Estructura y Funcionamiento del Sistema
“Este Decreto 1311 no es un papel: es un temblor en la vieja arquitectura del desprecio; es la prueba de que nuestras vidas maricas también escriben el derecho”. Afirma la persona Ministra. El Decreto diseña una maquinaria operativa que se concreta en la Comisión Intersectorial, el Comité Técnico LGBTIQ+ y las Mesas Permanentes de trabajo. Se define seguimiento, indicadores, rutas, políticas de prevención y atención. No basta con enunciar derechos: hay que garantizar que circulen por los territorios, por los hospitales, por los juzgados, por las escuelas, por las casas.
Las Mesas abordan derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, prevención y atención de violencias por prejuicio. Es decir: el decreto entiende, por fin, que la violencia no solo mata, también empobrece, expulsa, enferma y silencia.
Enfoques y Principios: Gobernar desde la Vida
Los ocho enfoques del artículo 5 son una declaración ética: derechos, territorio, diferencial, género, interseccionalidad, enfoque étnico-racial y antirracista, justicia ambiental y curso de vida. Aquí hay una comprensión profunda de la desigualdad como entramado, no como hecho aislado.
Celebro especialmente la inclusión explícita del enfoque étnico-racial y la justicia ambiental. Porque también hay maricas, trans, lesbianas y bisexuales en los ríos contaminados, en los territorios arrasados, en las economías del rebusque, en los márgenes del racismo estructural.
El decreto define, además, con claridad política el concepto de violencias por prejuicio: no son casos sueltos, son una agresión colectiva con alto impacto simbólico. Nombrar esto es un acto de poder.
El Observatorio y el Mecanismo SALVIA
La creación del Observatorio de Derechos de la Población LGBTIQ+ y del sistema SALVIA es un paso estratégico: sin datos no hay política pública, sin registros no hay memoria, sin memoria no hay justicia. Obligar a las entidades a reportar casos es un acto de transparencia frente a un Estado que ha sido históricamente cómplice por omisión.
Participación Social: Sin Nosotras/nosotros/nosotres No Hay Igualdad
Dice la Persona Ministra: “El Decreto 1311 es una línea frontal contra la exclusión: como Estado nos plantamos del lado de las personas quienes históricamente fueron expulsadas de sus derechos, así las minorías sexuales dejan de sobrevivir en los márgenes y comienzan a vivir, por fin, en el centro de la dignidad, por fin tendrán voz.”
La participación de la sociedad civil no es decorativa. Siete representantes de agendas LGBTIQ+ tendrán voz en el sistema. Esto no es concesión: es resultado de décadas de lucha, de marchas bajo insultos, de cuerpos expuestos al miedo, de activismos criminalizados.
Este decreto no nos regala derechos. Nos devuelve —tarde, incompleto, pero necesario— una parte de la dignidad que nos fue arrebatada.
Link al decreto
https://www.minigualdadyequidad.gov.co/documents/d/guest/decreto-1311-del-4-de-diciembre-de-2025-pdf
Seguiré siendo crítico, seguiré vigilante, seguiré militante. Pero hoy también digo: el Decreto 1311 de 2025 marca un antes y un después. Ya no somos solo sobrevivientes del sistema. Empezamos, por fin, a empujar su transformación desde la ley, desde la calle, desde la memoria viva de nuestras cuerpas.
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