ORGANIZACIONES SOCIALES Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL:
MANIOBRANDO EN TEMPORAL EN MEDIO DE LA INCERTIDUMBRE
Por Ricardo Montenegro Vásquez*
ABOGADO, especializado en DDHH y Gobierno
Por muchos años en Colombia la cooperación internacional ha sido un pilar esencial para el fortalecimiento de las organizaciones sociales. Sin embargo, en un mundo cada vez más polarizado por los populismos de derecha e izquierda, el panorama ha cambiado drásticamente. La reducción de fondos, la desconfianza en los organismos internacionales y la reorientación de recursos hacia intereses nacionales han generado una crisis que amenaza la sostenibilidad económica de los programas de estas entidades. Ante este nuevo escenario, la pregunta clave es: ¿Cómo pueden adaptarse y sobrevivir?
En el agitado momento geopolítico actual uno de los principales desafíos es la creciente politización de la cooperación. Mientras algunos gobiernos restringen la llegada de fondos externos en nombre de la soberanía nacional, otros los redirigen a iniciativas gubernamentales, limitando con ello la acción de las organizaciones independientes o críticas de los gobiernos.
Bajo esta realidad se impone a las organizaciones no gubernamentales (ONG) repensar su modelo de financiamiento y buscar nuevas formas de asegurar su autonomía, conseguir recursos para lograr la continuidad de sus equipos de trabajo y la financiación de programas de beneficio comunitario.
La crisis ha puesto en evidencia la fragilidad de un sistema basado en la dependencia de donaciones internacionales.
Enfrentados a la reducción de apoyos, los colectivos sociales deben fortalecer su autosuficiencia a través de estrategias como la generación de ingresos propios, el fortalecimiento de redes comunitarias y la diversificación de sus fuentes de ingresos económicos. Solo así podrán resistir las embestidas de gobiernos, nacionales o extranjeros, que buscan limitar su margen de acción.
A pesar de las adversidades, esta coyuntura representa una oportunidad para la transformación. Las organizaciones sociales tienen el reto de innovar, profesionalizar su gestión y utilizar herramientas tecnológicas que les permitan ampliar su impacto. La transparencia, la rendición de cuentas, la vinculación con el sector privado e impulsar la corresponsabilidad de la ciudadanía serán claves para garantizar su credibilidad y sostenibilidad a largo plazo.
En tiempos de incertidumbre, las organizaciones sociales deben asumir un papel aún más protagónico en la defensa de los derechos humanos y la inclusión social. La resiliencia y la capacidad de adaptación serán sus mayores aliados para seguir cumpliendo su misión en un mundo que parece alejarse de la cooperación global. La invitación por tanto es a no rendirse, sino a reinventarse.
Instagram @Rick_MV
Barranquillero en Bogotá DC
Lee sus columnas aquí
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
0 comentarios :
Publicar un comentario