Durante el regreso del Papa Francisco de Tel Aviv a Roma este lunes, el pontífice habló con la prensa sobre temas sensibles, donde insistió en la negativa a juzgar a los gays -algo que le valió el reconocimiento de esta comunidad- y abrió la puerta para terminar con el celibato del sacerdocio.
Representantes de los medios plantearon el tema del celibato obligatorio de los sacerdotes al Papa, un asunto tratado por décadas que volvió a los temas importantes del Vaticano, luego que hace una semana un grupo de 26 mujeres enamoradas de sacerdotes enviara una carta a Bergoglio eliminar la prohibición a lo que llamaron “un vínculo tan fuerte y hermoso”.
El Papa no evitó la preguntar sobre si está dispuesto a plantear la discusión, incómoda en el seno de la Iglesia, afirmando que “la Iglesia católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”.
Francisco abrió así la vieja aspiración de un sector de la Iglesia para que los curas puedan casarse y tener hijos sin verse obligados a abandonar el ministerio sacerdotal.
El País refiere que también podrían añadirse a la discusión la integración de nuevos modelos de familia, como los separados vueltos a casar, pues el próximo sínodo de la familia tendrá que debatir y llegar a soluciones.
El Vaticano, ajo la administración de Bergoglio ha reaccionado contra los abusos sexuales a menores, cometidos por sacerdotes. El Papa ha respondido de forma clara. Ante la pregunta sobre qué haría si algún obispo no toma medidas contra estas faltas, Francisco ha respondido que en este momento hay tres obispos que están bajo investigación, uno ya condenado y se está estudiando la pena que impondrán.
Reiteró que no existen privilegios y que el sacerdote que hace esto “traiciona el cuerpo del Señor porque, en vez de llevarlos a la santidad, abusa. Y esto es gravísimo. Es como… Les haré una comparación: es como una misa negra, por ejemplo: tú tienes que llevarlo a la santidad y lo llevas a un problema que va a durar toda la vida”.
El Papa reveló también que dentro de unos días se celebrará una misa en la residencia de Santa Marta en la que participara un pequeño grupo de víctimas de abusos de “seis u ocho personas, de Alemania, de Inglaterra o Irlanda”, quienes se reunirán con el cardenal Sean Patrick O’Malley, el presidente de la comisión contra los abusos. “Sobre esto tenemos que seguir adelante, adelante. ¡Tolerancia cero!”, concluyó el pontífice.
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