MOMENTO DE DECISIONES
- Casi 3.000 personas aspiran al Congreso de Colombia ¿Quiénes deberían estar allí?
Por Ricardo Montenegro-Vásquez*
Llega el ritual de cada cuatro años cuando acudimos a las urnas para escoger a aquellas personas que van a llevar la representación de la ciudadanía en el Congreso de la República.
A pesar de que quejarse de los políticos es un "deporte nacional" y que el órgano legislativo es una institución con 76,7 % de imagen desfavorable (Según encuesta INVAMER de 2021) lo cierto es que ocupar una curul en la Cámara de Representantes y el Senado de la República es aún muy atractivo para mucha gente.
Al cierre de la inscripción de candidaturas 2.966 personas presentaron su nombre para participar en la contienda electoral del 13 de marzo de 2022. Al Senado aspiran llegar 997 candidatos en 25 listas de partidos y movimientos políticos. A la Cámara, 1.562 nombres que van distribuidos en 333 planchas, de partidos, movimientos políticos por las circunscripciones de los 32 departamentos del país, así como en las especiales de Afros, Indígenas y Colombianos en el Exterior.
Igualmente, han puesto en consideración sus nombres 407 personas que van por las nuevas 16 curules de las víctimas que serán elegidas en la Cámara de Representantes por dos periodos consecutivos, que se unen a las existente 10 curules en Senado y Cámara fijas para el Partido Comunes de los reinsertados de la extinta guerrilla de las FARC; ambas en virtud del acuerdo de paz.
La pregunta que surge es ¿si la política y los políticos son tan poco valorados por qué tantas personas aspiran a llegar al Congreso?
Una posible respuesta es que finalmente las personas saben que la Política y los políticos pueden ser un "mal necesario" y que su utilidad no es tan inocua como la mayoría expresa en las encuestas y los comentarios de corrillo.
Si bien es cierto los esquemas de representación política han cambiado desde el surgimiento de la democracia liberal, allá por las décadas de la ilustración europea, no es menos cierto que siguen cumpliendo su rol de conectar mutuamente a la ciudadanía con ese gran aparato burocrático que conforma el Estado.
Es decir, la política y los políticos son quienes finalmente recogen, interpretan y representan los distintos intereses del ciudadano y la sociedad en su conjunto, haciendo que éstas necesidades sean atendidas por los niveles de gobierno; logrando por medio de leyes esas políticas públicas que corrigen los graves desbalances existentes; atajando mediante del control político los abusos de poder e incluso logrando que la sociedad pueda ser escuchada y atendida en debates que son propios de la gestión parlamentaria.
Las decisiones de gobierno y de Estado deben expresar el sentir mayoritario de los ciudadanos que se verán afectados positiva o negativamente por ellas, y es por eso que se hace imperativo que en éstas y todas las elecciones por venir (que espero sean muchas) los votantes determinen aquel candidato o candidata que conozca mejor su necesidad o interés, que interprete más adecuadamente las demandas urgentes del colectivo social.
Si el votante se deja llevar por el odio de clases, por la promesa barata o por emocionalidad del marketing electoral esas necesidades pasaran a segundo plano y lo que ocurrirá es que ese político o grupo político estará al servicio de sí mismo, de su clientela, de sus financiadores o peor aún de su "mesías iluminado" quien en su "gran sabiduría" dice saber lo que necesita el pueblo.
Es por ello, que necesitamos votar y votar bien. Elegir un Congreso de personas con criterio, que escuchen más que hablen, que sean abiertas a contrastar ideas, que tengan experiencia, que cumplan la constitución y la ley; pero fundamentalmente, que sepan que llegar a ese espacio democrático es un honor, que el poder que no es para instalarse eternamente y que se llega allí a servir y no para servirse.
Instagram @Rick_MV
Barranquillero en Bogotá DC
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