Ikigai: La Clave para una Vida con Propósito
"Empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente te encontrarás haciendo lo
imposible" San Francisco de Asís
Por: Carlos Bueno y David López Mallama*
Es muy común que los seres humanos condicionemos la felicidad a situaciones o experiencias
externas desconociendo que esta es una de las virtudes que hacen parte de la esencia de Dios
junto con el amor y la paz interior.
En este texto queremos presentarte un concepto japonés que apunta a la conexión con estas 3
virtudes y que nos puede guiar para vivir una vida en equilibrio: El ikigai. Para esto, vamos a tener
en cuenta cuatro aspectos: lo que amamos, aquello en lo que somos buenos, lo que el mundo
necesita y, por último, aquello por lo que pueden pagarnos. El ikigai se traduce como “razón de
ser”, un sendero que conduce hacia la autorrealización, el equilibrio integral y la felicidad que
proviene del ser.
El Ikigai es una herramienta útil a cualquier edad, dado que su desarrollo permite que jóvenes y
adultos trabajen en su realización personal considerando 4 componentes fundamentales: misión,
vocación, profesión y pasión; lo que nos permite indagar en nuestros talentos y habilidades para
ponerlos al servicio de los demás.
Hablar de ikigai es tener en cuenta el propósito de vida y el objetivo de nuestra existencia de una
manera más profunda.
Reconocer nuestro ikigai nos conecta con una fuente inspiracional. Se siente y no se piensa. Se
encuentra sentido a cada experiencia vivida y a aquello que estamos construyendo, pues es el
claro efecto de reconocer para qué se nace y para qué llegamos a este plano de conciencia.
Recuerda que todo tiene una razón de ser, un significado en nuestra vida. No existen las
coincidencias, nada pasa por casualidad.
Cuando vivimos en Ikigai nos damos cuenta de que las coincidencias son sincronicidades o
“Diosidencias” que provienen del Creador de todo lo que conocemos. La cuestión es si creemos o
no en ello para que de esta manera podamos vivir nuestra realidad de una manera más
consciente.
Así pues, trabajar el ikigai trae múltiples beneficios: fortalece el crecimiento personal y
profesional, nos vuelve más resilientes, nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad al encontrarle
sentido a nuestra existencia en este plano de aprendizaje. Adicionalmente, fomenta la satisfacción
diaria, nos ayuda a reflexionar sobre aquello que nos apasiona, fomenta la capacidad de servicio al
considerar las necesidades del mundo y, adicionalmente, nos da las pautas para monetizar
talentos y dones.
En este orden de ideas, recuerda incluir en tus propósitos: gozar de felicidad, plenitud,
tranquilidad y abundancia; pero también poseer la capacidad de soltar bloqueos, creencias
limitantes y culpas, salir de la zona de confort, asumir nuevos retos y, por supuesto, sentirte en
paz contigo mismo, pues la orientación sexual no nos define como seres humanos, lo cual nos
permite andar por la vida más ligeros de equipaje.
La capacidad de encontrar nuestro propósito de vida origina bienestar y, por supuesto, permite
reinventarse para fluir con nuevas experiencias, volver a empezar si es necesario y escuchar a los
demás desde el respeto y la compasión. El ikigai es un camino de constante transformación. La
meta es vivir con una intención alcanzable y realista para que nuestra vida sea cada día más plena
y feliz. Es un camino de exploración permanente y de ajustes constantes.
Por otra parte, encontramos una relación muy cercana entre el ikigai y el “Yo Soy”, dado que
ambos conceptos se relacionan con el propósito de vida y la esencia del ser.
El Yo Soy es la conexión entre el ser divino que habita dentro de nosotros y la Fuente de la
creación, es el reconocimiento de quiénes somos realmente desde esa unión profunda con
nuestro poder creador. En este sentido, el ikigai es la manifestación del Yo Soy en movimiento.
A continuación, te compartimos cómo puedes fusionar tu ikigai con afirmaciones o decretos afines
al Yo Soy:
- Lo que amas: “Yo soy amor en acción”
- Lo que soy bueno: “Yo soy un canal de creatividad y conocimiento”
- Lo que el mundo necesita: “Yo soy un canal de luz y amor para otros”
- Por lo que pueden pagarme: “Yo soy un ser creativo y abundante”
Para terminar, te dejamos varias preguntas poderosas para que reflexiones sobre ellas y te ayuden
a construir tu Ikigai:
¿Cómo puedo vivir mi Ikigai desde hoy?
¿Qué actividad realizo con amor y pasión, aunque no me paguen por ello?
¿Qué temas me entusiasma aprender e indagar?
¿Cuáles son mis talentos naturales o aprendidos?
¿En qué áreas las personas me piden consejo?
¿Qué elogios recibo con más frecuencia sobre mis habilidades?
¿Qué cambios me gustaría ver en el mundo?
A modo de cierre, trabajar el ikigai nos lleva a transitar por un sendero transformador y en
constante movimiento, es un recorrido de autoconocimiento, equilibrio entre las diferentes áreas
de la vida y, por supuesto, nos proporciona satisfacción personal y profesional.
¿Estás listo/lista para vivir una vida con propósito?
*Para escribir esta reflexión he invitado a David López Mallama, administrador del medio
ambiente y de los recursos naturales, especialista en economía ambiental y del desarrollo
sostenible, creador del método Planeación Estratégica Consciente PEC, profesor universitario.
Instagram: @dlopezmallama
Te compartimos los siguientes enlaces en donde encuentras información sobre los temas
abordados en esta columna:
https://open.spotify.com/episode/4TOQ9Irj06wXMtq8GMmCaE?si=V0MkoXmPSvSkYWG1swyVW
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https://open.spotify.com/episode/5OC4HjPL2SUuVdciAyJoIV?si=fQ5HkjCTSqetM2kMwi1Qkg
Carlos Bueno
Autor del libro “Ligeros de Equipaje” coach de vida, mentor de propósito y conexión interior,
comunicador social, especialista en gerencia social, certificación en mindfulness, podcaster,
facilitador de talleres de bienestar.
Te invito a seguirme en el perfil de Instagram: @carlosbuenocoach, a escuchar los podcast de
Spotify: Ligeros de Equipaje – Carlos Bueno y, por supuesto, a adquirir el libro Ligeros de Equipaje -
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